EL CRIMEN. A Jonatan Aguiel, los vecinos de los monoblocks lo conocían como "Casquito". Tenía 18 años y era adicto a la pasta base. En la madrugada del 20 de septiembre, entró a robar junto a un amigo en el almacén de Osorio Balbuena, un comerciante paraguayo de 61 años, apodado "Pati". Camuflados en la oscuridad de los pasillos del complejo 18, los jóvenes barretearon la puerta del negocio pero hicieron demasiado ruido y despertaron a una mujer que le avisó a Pati. El dueño de la despensa bajó junto a su vecino Eliseo Fernández, un buscavida de profesión, que había llegado al barrio a principios de los '70.
Ambos caminaron rumbo al local; uno de los ladrones notó su presencia y aprovechó para salir corriendo; Pati no se preocupó en perseguirlo sino que comenzó a juntar los paquetes de fideos desperdigados por el piso y no advirtió que adentro estaba Casquito, quien guardaba los productos en bolsas para venderlos y comprar más pasta base.
"Pati, adentro hay otro", le dijo en voz baja Fernández al vecino, que entró a oscuras al local y fue golpeado en el brazo con la barreta.
Desesperado, Pati tomó el cuchillo que su padre le había regalado cuando dejó su país para probar suerte en la Argentina y apuñaló al menos cinco veces a Casquito en una de sus ...
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