“Dejate de joder porque te vamos a hacer mierda”
Silvina, el miércoles, antes de recibir el llamado telefónico.
De esta manera amenazaron a una de las vecinas más perjudicadas por las construcciones ilegales de Ramos Mejía. Fue a través de un llamado telefónico. La mujer sospecha de los encargados de la obra. Su hermana también había sido intimidada el año último, y la causa se archivó. La situación es una réplica de varios casos similares.
Por Claudio Kappeler.-
Silvina está asustada, no quiere dar su apellido por temor a mayores represalias. El miércoles, cerca de las 15.00, se reunió con otros vecinos para hablar con un canal televisivo del padecimiento que vienen sufriendo con la construcción de edificios torres en Ramos Mejía. Una hora después, un llamado telefónico la cubrió de pánico.
Cuando atendió el teléfono, una voz masculina mencionó su nombre completo cerciorándose de no equivocar el blanco. Entonces el tono cambió y de manera abrupta el hombre advirtió: “Dejate de joder y de hablar del edificio porque te vamos a hacer mierda y te juro que no vas a poder hablar más en tu puta vida”.
El asedio había comenzado antes. Ni bien llegaron las cámaras al lugar, un grupo de obreros y el arquitecto de la obra -que fue identificado por los vecinos como Gerardo Di Carlo- comenzaron a fotografiar a periodistas y entrevistados.
Para Silvina este es un hecho “triste” pero habitual. “Siempre sacan fotos a la gente que viene a mi casa y hasta a los remises, la intimidación de esta gente ya es una constante a la que obviamente ni yo ni mi familia nos vamos a acostumbrar”.
La mujer vive junto a su hermana y su madre en su vivienda de la calle Vicente López desde hace 35 años. Recuerda que antes de iniciada la construcción su vida era “completamente distinta” en un barrio “tranquilo” y residencial, dueña de un inmueble de alto valor económico.
Cuando los trabajos de Vicente López 239 comenzaron a cobrar altura, la rutina de Silvina cambió. En la parte trasera de la vivienda caían puntales de madera, escombros, piezas de plomería, hierros; a punto tal de destruir uno de los vehículos que pertenecía a su padre.
La casa también empezó a sentir los avatares de la construcción. Las rajaduras se multiplicaron en el interior hasta dar el alerta de un posible derrumbe. “Pensamos en irnos, en vender la casa, pero los tasadores dicen que ya no vale nada, que habría que demolerla y lo único que podría tener valor es el terreno”, relata casi en tono resignado la mujer.
Junto a su familia también pensaron en mudarse y alquilar otro inmueble, aunque su actual situación económica no se los permitiría.
“(La obra) nos arruinó la calidad de vida, nos arruinó la casa, estos cuatro años fueron un tormento”, asume Silvina que, dice, ahora vive “bajo una montaña de cemento”.
“En forma habitual nos vamos a dormir a la casa de algún pariente, porque no sólo ya no hay nada que me garantice seguridad edilicia, tampoco hay nada ni nadie que me garantice seguridad personal”.
La amenaza a su hermana
El caso que toca más de cerca de Silvina es el de su hermana. En julio del año último, cuando salía a pasear a su perro, “el arquitecto de la obra y uno de los encargados de seguridad la rodearon y la amenazaron” en la entrada del edificio en construcción.
En la causa que se abrió en la UFI 7 de La Matanza, la mujer relató que le aconsejaron cuidarse y “que se dejara de joder”. El caso fue cerrado y archivado por falta de testigos.
Silvina recuerda que, casi como una paradoja, aquella intimidación ocurrió mientras inspectores municipales clausuraban la obra por no cumplir con ciertas normas de higiene.
Tras la amenaza de ayer, la mujer radicó la denuncia en la comisaría 2da de Ramos Mejía. “Ahora espero una investigación, es la segunda amenaza de muerte que recibimos entre otras tantas intimidaciones”, reitera la mujer.
Los antecedentes de vecinos amenazados
La lucha vecinal contra la construcción ilegal en Ramos Mejía siempre estuvo teñida de presiones, amenazas y agresiones físicas.
Emilia, una de las cuatro personas que iniciaron juicio contra el Municipio por las ordenanzas no convalidadas, vendió su vivienda tras varias amenazas y abandonó el reclamo.
La dueña de la propiedad lindera a la obra que se encuentra en Carlos Calvo 186, también fue intimidada por los encargados del edificio en construcción; y durante una marcha “le tiraron una camioneta encima”, recuerdan otros frentistas de la zona.
Frente a la casa de Silvia Pedro, en tanto, colgaron carteles en los árboles invitándola a que abandone sus denuncias contra el edificio situado en Alvarado 607.
En la calle Saavedra 250 vive María Gentile, la vecina más favorecida con los decretos de demolición que firmó la intendencia en 2009. La mujer recibe constantes agresiones psíquicas por parte de un vecino que se encuentra relacionado con los empresarios constructores.
En Pizurno 259 también hay un edificio en construcción. Una de las propietarias de los PH linderos a esa obra realizaba una entrevista televisiva cuando intentaron atropellarla con un vehículo.
Entre otros tantos casos, cabe recordar del mismo modo el sugestivo secuestro exprés sufrido por Miguel Presa y otra vecina a mediados de 2008, cuando regresaban de una protesta contra los edificios.
Alicia García, de Palacios 108, fue amedrentada por el abogado de la firma a cargo de la construcción, lo que derivó en una denuncia judicial.
http://diarionco.com/hoy/2011/01/06/amenazan-a-vecina-de-ramos-mejia/