Los periodistas Nelson Castro, Mario Wainfeld, Ricardo Canaletti y Gustavo Carabajal compartieron con alumnos una charla acerca del tratamiento de los hechos delictivos en los medios de comunicación. Organizó: Ceprede, Universidad de Belgrano
"La inseguridad es lo màs grave que está en juego: la vida e integridad de las personas, el derecho a la libertad, el disfrute de la propiedad. La defensa incondicional de estos derechos son parte esencial de la vida de un pueblo. Renunciar a luchar por ellos es morir en vida. En medio de tanto dolor, hay sólo una cosa que no podrán quitarnos nunca: la esperanza, estrella polar de los pueblos en la lucha por la justicia y la libertad."
sábado, 22 de noviembre de 2014
ALLI ESTUVIMOS!
Los periodistas Nelson Castro, Mario Wainfeld, Ricardo Canaletti y Gustavo Carabajal compartieron con alumnos una charla acerca del tratamiento de los hechos delictivos en los medios de comunicación. Organizó: Ceprede, Universidad de Belgrano
LA INSEGURIDAD EXISTE!!!
La inseguridad aqueja a Scioli, que muestra diez mil policías, a Berni y gendarmes en el conurbano
En el conurbano bonaerense, donde se define gran parte de la elección nacional, el 70% de sus habitantes evalúa negativamente la gestión en seguridad. Quizás allí no preocupe tanto el cepo o la resolución del conflicto con los buitres, pero sí sus consecuencias en la vida cotidiana. Lo saben los intendentes que en análisis realistas, lejos de relatos exitistas, confiesan que sólo una mejora de la situación económica y de la problemática del narcotráfico y la inseguridad podrá salvarlos de lo que más temen: una derrota en el pago chico. Más de uno, si tuvieran fondos y una orden de la Nación y la Gobernación que los habilitara, hasta pagarían un bono de fin de año que alivie los bolsillos de sus empleados. Todo eso, aseguran, y la definición de Cristina Fernández de Kirchner a favor de uno u otro candidato presidencial, ayudaría a inclinar la balanza en el 2015.
Al tope de las encuestas está la inseguridad en la mayoría de los distritos con mayor densidad de votos. Lo muestran sondeos que encargan y mantienen en reserva los barones del conurbano.
Daniel Scioli no desconoce esta situación.
Los símbolos en el peronismo son parte del lenguaje. Y a través de imágenes –como lo ha hecho tantas veces– se expresa el gobernador. En menos de una semana dos veces se mostró con el secretario de Seguridad Sergio Berni. Sus equipos de comunicación se encargaron de difundir fotos y elogios mutuos de ambos encuentros: el primero en un seminario de seguridad convocado por la fundación TAEDA de Mario Montoto y el segundo el miércoles último en Pilar, junto a la ministra de Seguridad Cecilia Rodríguez en la reunión del Consejo de Seguridad Interior. Un dato no menor: Scioli fue el único gobernador presente. Sucede que Berni representa la pelea contra la inseguridad y el narcotráfico y hasta responde al reclamo de mano dura de algunos sectores en todo el país. Le "pone el cuerpo" a los conflictos, remarcan a su favor algunos funcionarios que también señalan que en ocasiones tiene una "excesiva exposición". Lo que llamó la atención fueron sus reiterados halagos para con el gobernador, sobretodo de algunos que confiesan haberlo oído decir exactamente lo contrario.
Pero los tiempos cambian y en Buenos Aires Berni mide bien.
En su misma línea, el ministro bonaerense Alejandro Granados se ha embanderado en el sciolismo y también sus fotos distribuyendo patrulleros o en escuelas de policías se difunden casi a diario como muestra de ‘gestión’.
Sin embargo persiste un tremendo interrogante: ¿cómo llegar a las PASO de agosto con un cambio de ‘sensación’?
La respuesta la da un importante operador del gobernador bonaerense: inundando la Provincia con los flamantes uniformados, diez mil policías a los que Scioli les tomará juramento el próximo 1º de diciembre.
El martes 2 esos graduados serán distribuidos por todo el territorio: 5000 serán asignados a los municipios de la costa para el Operativo Sol; 3000 irán al conurbano y 2000 a los municipios del interior. La promesa es que de los que patrullarán las playas y rutas, después del 15 de febrero, 3000 se queden en la zona y los otros 2000 se muden al caliente conurbano.
A mediados de marzo, además, debutarán las policías locales en Lanús, Avellaneda, Lomas de Zamora, La Plata e Ituzaingó, lo que llevaría a duplicar la presencia policial en los pronósticos más optimistas.
Antes, habrá que superar un diciembre que será el último previo a la elección presidencial y el último de Cristina Fernández de Kirchner como Presidenta. El cambio de estrategia es notorio y el estado de alerta evidente. En la cumbre de seguridad de Pilar, a la que sólo faltaron el ministro de Chubut y el de Catamarca, la ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez, advirtió: "Cualquiera que quiera aprovechar cualquier circunstancia para jugar con nuestras conducciones políticas, para desestabilizar algún proceso en nuestro territorio federal se va a encontrar con una respuesta unificada de nuestras fuerzas provinciales, de la conducción política de este ministerio y de las fuerzas federales en conjunto con el Poder Judicial y el ministerio público". No había sido así un año atrás, cuando se desató el conflicto en Córdoba con policías provinciales autoacuartelados y que derivó en una serie de alzamientos por la no colaboración entre provincias y Nación. Esa foto es la que se buscará evitar con cientos de gendarmes en los distritos bonaerenses más sensibles.
http://www.cronista.com/columnistas/La-inseguridad-aqueja-a-Scioli-que-muestra-diez-mil-policias-a-Berni-y-gendarmes-en-el-conurbano-20141121-0059.html
viernes, 21 de noviembre de 2014
SIEMPRE INSEGURIDAD!
La inseguridad es patrimonio de la humanidad
La amplificación de los casos de inseguridad causa temor en una sociedad que es bombardeada todo el tiempo con crímenes.A mediados de setiembre la embajada de Estados Unidos alertó a los ciudadanos estadounidenses que residen o planean visitar la Argentina sobre los hechos de inseguridad en el país. El mensaje tuvo amplia difusión. Es más, el aparato político opositor al gobierno nacional lo amplificó y llegó a pedir “ayuda externa” para frenar la ola de violencia que, como siempre se dice en Buenos Aires, afecta al país pero en realidad solo hablan de su provincia. Ya he dicho en más de una oportunidad que la realidad que se vive en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza o Santa Fe es muy distinta al resto de las provincias. Sí, ya sé que ahí vive la gran mayoría de los argentinos, pero no todo lo que pasa en esos lugares sucede acá.
La inseguridad es una problemática mundial que en Argentina está mal encarada debido a las mezquindades políticas, tanto de los oficialistas como de los opositores. Producto del bombardeo de casos policiales, pensamos que es patrimonio nuestro, de Venezuela y algún otro país caribeño. Jamás pensaríamos que en España, Francia e Italia pasa lo mismo. Es más, rechazaríamos sin siquiera conocer esas realidades la posibilidad de casos de inseguridad. Más nos atemorizamos cuando vemos en la televisión o leemos en los diarios o escuchamos en la radio que un famoso y con plata que sufrió un hecho delictivo, amenaza con irse a vivir al Viejo continente donde, según alegan, esas cosas no pasan.
Hace pocos días, Vito De Palma dialogó radialmente con Matías Martin sobre cómo tratan los medios argentinos los temas de inseguridad en el país. Muy lejos de alinearse, el periodista deportivo italiano desmintió completamente que la Argentina sea un país inseguro y explicó porqué. La entrevista radial completa se puede encontrar en internet con solo googlear Vito De Palma.
Este periodista nacido en Italia hace 55 años habló con Matías Martin, en Radio Metro FM 95.1, sobre temas ajenos al fútbol y más importantes como lo es la inseguridad en la sociedad argentina.
El periodista deportivo de la cadena ESPN, que estuvo radicado en Argentina desde 1983 hasta 2000 y desde 2009 hasta hoy en día, criticó a los medios nacionales por cómo tratan diariamente el tema de la inseguridad y cómo generan miedo en la sociedad.
“Yo me muero de risa cuando hablan de inseguridad. Vayan a la estación de Nápoles, a la periferia de Roma y después hablamos de inseguridad”, afirmó De Palma, quien se diferenció con la mirada incisiva de los medios. “No es insegura Argentina, créanme”, agregó el italiano.
“Vayan a la Fuorigrotta (suburbio al oeste de Nápoles) después hablamos de inseguridad”, señaló el periodista que recordó: “Cuando vine a Argentina en 1983 esto era una paraíso”. El hombre que vivió muchos años en Europa y conoce también los Estados Unidos comentó que “inseguridad hay en Bronx (Nueva York), en Marsella (Francia). Esas son ciudades pesadas”. En la charla el hombre contó que en Roma después de las 23 no sale nadie a la calle y todos se mueven Point-to-point (punto a punto) en auto. En la capital italiana no se camina cuatro cuadras dijo De Palma. “En Roma, después de las 23 no anda nadie. Si te olvidaste de comprar la leche agarrás el auto, no se camina cuatro cuadras. En Roma se perdió la costumbre de salir. La gente está encerrada y hace Point-to-point por eso bajó el delito”.
Otro dato extraído de internet nos muestra que inseguridad hay por todos lados. Por ejemplo en EE.UU. cualquiera entra a una universidad, escuela, supermercado, barriendo gente a balazos; o en México donde tiran 20 cadáveres en un baldío o queman vivos a 43 estudiantes y no pasa nada; o en Colombia, donde asesinan a familias enteras y nadie va preso; o en Brasil, donde la policía libra batallas a balazos limpios contra los narcos de las favelas. La delincuencia argentina está en pañales en comparación con estos países. Y más allá de la cantidad y la gravedad de los crímenes que suceden todavía estamos a tiempo de abordar el problema. Siempre pensamos que somos los peores, pero no lo somos.
No obstante, las respuestas del poder político no llegan, menos ahora que ya estamos casi en 2015, año electoral. Todavía estamos a tiempo de aplicar políticas para frenar el avance del narcotráfico y la corrupción dos males que causan inseguridad y muerte.
SORPRENDENTE?
"Inseguridad. Lejos del relato, en el mundo real..."
Nota de opinión de la concejal Laura Ramos
A ningún argentino puede ya sorprenderle la inseguridad reinante. Es una clara consecuencia de los 90, que la década ganada no alcanzó siquiera a atemperar. La droga se lleva puestos a nuestros jóvenes debajo de nuestras narices, porque Viedma queda en la Argentina y la Argentina se ha convertido durante la década ganada, según palabras del Ministro Rossi en el cruce mantenido con Berni, hace meses atrás, en un país de alto consumo y producción. Escalofríos provoca leer el informe oficial de la página del Sedronar sobre los Centros de Procesamiento. Y muy suelto de cuerpo, Berni, dice que el problema es que "estamos infectados de delincuentes extranjeros"
En el Consejo de Seguridad Local, nuestras Juntas Vecinales cuentan que los 160 beneficiarios del programa Nestor Kirchner se amontonan en las esquinas dando cuenta del rotundo fracaso de estas cooperativas sin destino específico. Los ECOS, bien gracias... Todas experiencias que fracasan con consecuencias sumamente complicadas. Al "Viedma Te Quiere Bien", un programa municipal de contención, de excelencia, la Provincia le retiró el apoyo financiero ni bien asumido este gobierno.
Resultado, no hay un sólo programa de contención de jóvenes en conflicto con la ley en nuestra ciudad, no hay seguimiento en las escuelas de niños con problemas, no hay estadísticas de deserción escolar en nivel medio donde está el gran problema, seguimos sin espacios de tratamiento de adicciones. Inseguridad, violencia, falta de contención, abuso de sustancias, deserción escolar.
Entonces, claro, las miradas se vuelven hacia la derecha. Necesitamos cámaras de seguridad. Endurecer las penas, echarle la culpa a los menores y a los extranjeros. En este marco, que en Río Negro los presos entren y salgan cuando quieren de las cárceles o que las comisarías estén sin recursos, es un detalle. Estas últimas no cuentan con recursos humanos suficientes, cuando se tiene la suerte de contar con los móviles, no hay plata para el combustible, teléfonos, siempre y cuando no haya una gotera, como en la Comisaría de El Cóndor, que lo inutiliza. En este desmadre a qué vecino se le ocurre perder el tiempo radicando una denuncia que jamás va a llegar a un resultado? Y dale que va, como no hay denuncias, las estadísticas no suben... Todos felices, vivimos en el paraíso.
Mientras tanto, lejos del relato, en el mundo real, los ajustes de cuentas se cobran vidas, los robos se suceden en seguidillas imparables y los supermercados empiezan a pensar en medidas de seguridad para evitar saqueos.
jueves, 20 de noviembre de 2014
GRACIAS A LA SECRETARIA DE CONTROL COMUNAL!!!
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EN EL DIA DE LA FECHA SE VEN ASI!... VEREDAS DESPEJADAS Y PEATONES QUE NO DEBEN ESTAR BAJANDO A LAS CALLES PARA CAMINAR.... NI SORTEAR TODA CLASE DE PROBLEMAS PARA PASAR...... ASI DEBE SER Y ESPEREMOS DURE!
GRACIAS!!!!
lunes, 17 de noviembre de 2014
JOVENES DEL CONURBANO, VICTIMA Y CULPABLES?
Los jóvenes del conurbano, víctimas y culpables
COSECHA ROJA
Las víctimas y los victimarios son los mismos: jóvenes, varones y de bajos ingresos que viven en los barrios periféricos. Así lo perciben los habitantes de Villa Elvira, La Rana, Dock Sud, Ciudad Evita, Ingeniero Budge y Villa Fiorito según la investigación que hicieron cinco universidades y la Defensoría del Pueblo bonaerense. El 42 por ciento de los encuestados dijo que los jóvenes son el blanco de las agresiones y el 71 opinó que son los responsables de ejercer la violencia.
“Los mismos que son identificados como víctimas son asociados con quienes la ejercen”, dice el Informe Violencia y homicidios dolosos en la Provincia de Buenos Aires. Perfiles socioeconómicos, experiencias y representaciones de habitantes de barrios con un alto índice de homicidios. Sólo el 8 por ciento identifica a los adultos como quienes ejercen la violencia.

El juez de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni acompañó la presentación de los resultados en la Universidad Nacional de La Plata y dijo que para “reducir los niveles de presos, muertes y violencia” hay que trabajar sobre el paradigma prohibicionista de las drogas, los medios de comunicación concentrados, la responsabilidad institucional de la policía y la presencia de armas de fuego en la sociedad.
El estudio lo llevaron adelante en agosto de este año equipos de las universidades de San Martín, La Plata, La Matanza y la Fundación Conurbano. Lo hicieron en los barrios de Villa Elvira (La Plata), La Rana (San Martín), Dock Sud (Avellaneda), Ciudad Evita (La Matanza), Ingeniero Budge y Villa Fiorito (Lomas de Zamora). Eligieron las zonas de acuerdo a interrogantes que surgieron del Informe de Homicidios Dolosos que presentó a fin del año pasado el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia.
A los investigadores les había llamado la atención que la mayor cantidad de homicidios se concentraba en zonas de mucha densidad de población y condiciones precarias: villas, asentamientos y monoblocks.En 2012, en La Matanza vivían 1 millón 800 mil habitantes y hubo 166 homicidios. En Lomas de Zamora fueron 176 casos en una población de 2 millones 400 mil. En Avellaneda, 26 entre 342 mil personas. En el partido de San Martín hubo 144 víctimas y viven un millón 600 mil personas. En La Plata fueron 48 de 649 mil personas.

La tendencia general de creer que quienes ejercen la violencia son los jóvenes (71 por ciento) crece en Ciudad Evita: casi el 90 por ciento de los habitantes lo percibe así. En Dock Sud, por el contrario, baja a 48.
¿Varones o mujeres? Según el 68 por ciento, quienes más ejercen la violencia son los hombres. Y respecto a quienes más la sufren está repartido: la mitad dijo “ninguno en particular” y la otra mitad se dividió entre las mujeres (26 por ciento) y los varones (22 por ciento).

Casi la mitad percibe que quienes ejercen la violencia están “dentro del barrio”. La cifra sube cuando el encuestado conoce a una víctima de homicidio en el barrio y baja cuando no. Respecto a la nacionalidad, el 50 por ciento dice que los violentos no son de “ningún lugar en particular”. El siguiente número representa a los argentinos: un 37 por ciento cree que los violentos son locales. Luego les siguen paraguayos y bolivianos. Más de la mitad de los encuestados identifica a los victimarios como “personas de bajos ingresos”.
¿Qué es la violencia?
Una de las principales conclusiones a las que arribaron los investigadores es que “el concepto de violencia no aparece como unívoco, ni homogéneo”. El 24 por ciento de los encuestados lo asocia a la violencia física: “golpes” y “muerte”. Un poco menos de la mitad (40,5 por ciento) lo vincula a la simbólica: lo delictivo, la venta de alcohol y droga, las amenazas, la discriminación, los “afanos”, los asaltos, “los borrachos”. Un quinto dijo que la violencia es la policía, la privación de la libertad, falta de educación, hambre, o “falta de acceso a derechos”.
Quienes no fueron víctimas de violencia la identifican con el robo. Quienes sí, la asocian con peleas entre vecinos. La mayoría vinculan los homicidios dolosos a los ajustes de cuentas, las venganzas, las peleas y discusiones y a las cuestiones emocionales. Eso, concluyen en el informe, “permite poner en cuestión las nociones que explican linealmente la violencia a través de la pobreza”.
Sobre las fuerzas de seguridad, la mayorìa cree que tienen baja presencia en los barrios y casi el 40 por ciento tiene una valoración negativa sobre su accionar.

Otra de las principales observaciones es que los homicidios no son la única expresión de la violencia. También lo son las “condiciones habitacionales precarias, la falta de acceso a servicios públicos y sociales, las condiciones sanitarias inadecuadas y la consolidación de economías de subsistencia y redes de narcotráfico”.
“La mayor parte de los homicidios ocurren entre personas que se conocen, cuyo móvil dominante no es un ataque a la propiedad sino fruto de discusiones, riñas, venganzas o conflictos intrafamiliares y donde el lugar de origen y el lugar del hecho, en su amplia mayoría, son coincidentes”, dice el estudio. Y señala que los medios de comunicación invisibilizan estos aspectos y se basan y estimulan, en cambio, “imaginario sociales”.
http://www.argenpress.info/2014/11/los-jovenes-del-conurbano-victimas-y.html
COSECHA ROJA
Las víctimas y los victimarios son los mismos: jóvenes, varones y de bajos ingresos que viven en los barrios periféricos. Así lo perciben los habitantes de Villa Elvira, La Rana, Dock Sud, Ciudad Evita, Ingeniero Budge y Villa Fiorito según la investigación que hicieron cinco universidades y la Defensoría del Pueblo bonaerense. El 42 por ciento de los encuestados dijo que los jóvenes son el blanco de las agresiones y el 71 opinó que son los responsables de ejercer la violencia.
“Los mismos que son identificados como víctimas son asociados con quienes la ejercen”, dice el Informe Violencia y homicidios dolosos en la Provincia de Buenos Aires. Perfiles socioeconómicos, experiencias y representaciones de habitantes de barrios con un alto índice de homicidios. Sólo el 8 por ciento identifica a los adultos como quienes ejercen la violencia.
El juez de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni acompañó la presentación de los resultados en la Universidad Nacional de La Plata y dijo que para “reducir los niveles de presos, muertes y violencia” hay que trabajar sobre el paradigma prohibicionista de las drogas, los medios de comunicación concentrados, la responsabilidad institucional de la policía y la presencia de armas de fuego en la sociedad.
El estudio lo llevaron adelante en agosto de este año equipos de las universidades de San Martín, La Plata, La Matanza y la Fundación Conurbano. Lo hicieron en los barrios de Villa Elvira (La Plata), La Rana (San Martín), Dock Sud (Avellaneda), Ciudad Evita (La Matanza), Ingeniero Budge y Villa Fiorito (Lomas de Zamora). Eligieron las zonas de acuerdo a interrogantes que surgieron del Informe de Homicidios Dolosos que presentó a fin del año pasado el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia.
A los investigadores les había llamado la atención que la mayor cantidad de homicidios se concentraba en zonas de mucha densidad de población y condiciones precarias: villas, asentamientos y monoblocks.En 2012, en La Matanza vivían 1 millón 800 mil habitantes y hubo 166 homicidios. En Lomas de Zamora fueron 176 casos en una población de 2 millones 400 mil. En Avellaneda, 26 entre 342 mil personas. En el partido de San Martín hubo 144 víctimas y viven un millón 600 mil personas. En La Plata fueron 48 de 649 mil personas.
La tendencia general de creer que quienes ejercen la violencia son los jóvenes (71 por ciento) crece en Ciudad Evita: casi el 90 por ciento de los habitantes lo percibe así. En Dock Sud, por el contrario, baja a 48.
¿Varones o mujeres? Según el 68 por ciento, quienes más ejercen la violencia son los hombres. Y respecto a quienes más la sufren está repartido: la mitad dijo “ninguno en particular” y la otra mitad se dividió entre las mujeres (26 por ciento) y los varones (22 por ciento).
Casi la mitad percibe que quienes ejercen la violencia están “dentro del barrio”. La cifra sube cuando el encuestado conoce a una víctima de homicidio en el barrio y baja cuando no. Respecto a la nacionalidad, el 50 por ciento dice que los violentos no son de “ningún lugar en particular”. El siguiente número representa a los argentinos: un 37 por ciento cree que los violentos son locales. Luego les siguen paraguayos y bolivianos. Más de la mitad de los encuestados identifica a los victimarios como “personas de bajos ingresos”.
¿Qué es la violencia?
Una de las principales conclusiones a las que arribaron los investigadores es que “el concepto de violencia no aparece como unívoco, ni homogéneo”. El 24 por ciento de los encuestados lo asocia a la violencia física: “golpes” y “muerte”. Un poco menos de la mitad (40,5 por ciento) lo vincula a la simbólica: lo delictivo, la venta de alcohol y droga, las amenazas, la discriminación, los “afanos”, los asaltos, “los borrachos”. Un quinto dijo que la violencia es la policía, la privación de la libertad, falta de educación, hambre, o “falta de acceso a derechos”.
Quienes no fueron víctimas de violencia la identifican con el robo. Quienes sí, la asocian con peleas entre vecinos. La mayoría vinculan los homicidios dolosos a los ajustes de cuentas, las venganzas, las peleas y discusiones y a las cuestiones emocionales. Eso, concluyen en el informe, “permite poner en cuestión las nociones que explican linealmente la violencia a través de la pobreza”.
Sobre las fuerzas de seguridad, la mayorìa cree que tienen baja presencia en los barrios y casi el 40 por ciento tiene una valoración negativa sobre su accionar.
Otra de las principales observaciones es que los homicidios no son la única expresión de la violencia. También lo son las “condiciones habitacionales precarias, la falta de acceso a servicios públicos y sociales, las condiciones sanitarias inadecuadas y la consolidación de economías de subsistencia y redes de narcotráfico”.
“La mayor parte de los homicidios ocurren entre personas que se conocen, cuyo móvil dominante no es un ataque a la propiedad sino fruto de discusiones, riñas, venganzas o conflictos intrafamiliares y donde el lugar de origen y el lugar del hecho, en su amplia mayoría, son coincidentes”, dice el estudio. Y señala que los medios de comunicación invisibilizan estos aspectos y se basan y estimulan, en cambio, “imaginario sociales”.
http://www.argenpress.info/2014/11/los-jovenes-del-conurbano-victimas-y.html
domingo, 16 de noviembre de 2014
estadísticas y hechos habituales de violencia e inseguridad!!
La inseguridad y los otros que la sufren ( CIUDAD EVITA PRESENTE!)
Una encuesta a vecinos de seis villas bonaerenses da cuenta de cómo perciben la violencia, del problema de las drogas, de la ausencia del Estado y, pese a todo, del arraigo
“La demanda por una mayor presencia de fuerzas de seguridad en los barrios no se circunscribe al número de efectivos, sino que marca la necesidad de una reconsideración sobre su rol y calidad.” La cita no corresponde a un discurso político, ni a una propuesta de una ONG preocupada por cuestiones sociales, ni a un juez “garantista”.
Es parte del análisis que hacen los especialistas que trabajaron en el informe “Violencia y homicidios dolosos en la provincia de Buenos Aires”, realizado por la Defensoría del Pueblo bonaerense, junto con cuatro universidades nacionales. El informe analiza lo que dicen, piensan y sienten los habitantes de seis barrios bajos y villas bonaerenses en relación con la violencia que viven, las altas tasas de homicidios a su alrededor y las soluciones que aplican e imaginan ante lo que califican como ausencia de políticas de Estado que tiendan a revertirla. El informe, presentado por el ministro de la Corte Raúl Zaffaroni en la Universidad Nacional de La Plata, y que fuera motivo de una cobertura publicada por este diario el jueves pasado, podría también ser de uso obligatorio en las escuelas y carreras de periodismo, habida cuenta de las serias distorsiones con que se suele enunciar la realidad de la inseguridad, que sí existe, pero que en su brazo más grueso parece correr por otros territorios que los habitualmente difundidos.
El informe fue realizado por equipos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, las universidades nacionales de La Plata, San Martín, La Matanza y Avellaneda, de la Subsecretaría de Seguridad de Avellaneda y de la Fundación Conurbano. Y se trabajó sobre los barrios Villa Elvira (La Plata), La Rana (San Martín), Dock Sud (Avellaneda), Ciudad Evita (La Matanza), Ingeniero Budge y Villa Fiorito (Lomas de Zamora) tomando como base las estadísticas reunidas por el II informe de la Corte Suprema sobre homicidios dolosos que identificó esas zonas como de alta concentración de casos. De más está decir, sólo para recordarlo, que tanto el II informe de la CS como este informe de la Defensoría desmienten que el eje de la inseguridad pase por las tasas europeas de los barrios de buen pasar. Y sostienen, especialmente las voces de los habitantes de los barrios encuestados, que las fuerzas de seguridad no están presentes allí donde la violencia suma picos de importancia; que sólo con la presencia de esas fuerzas no se resuelven los problemas de violencia; que hay una importante dificultad para acceder a instituciones dependientes de la policía o la intendencia; y que hay una notoria dificultad para registrar los intereses de los habitantes de esos barrios que, para colmo, no coinciden con la suposición moral de que están ahí porque no tienen otro lugar: más allá de la enorme cantidad de problemas que ellos mismos refieren, la mayoría de los encuestados quiere quedarse a vivir allí donde ya se siente arraigada.
Como primer paso, el trabajo buscó conocer qué significa la violencia entre los habitantes de los barrios mencionados y para ello determinó una batería de preguntas que cruzaban desde las condiciones de vida y los niveles socioeconómicos, hasta la idea de las causas de la violencia y en qué hechos se les representa. La nacionalidad de los encuestados es mayoritariamente argentina (93,1 por ciento), seguida por la paraguaya (3,2), boliviana (2,4), uruguaya (0,6), chilena y peruana (0,2 cada una) y otras (0,3). Las edades, mayoritariamente jóvenes: 16 a 25 años, 23,9; 26 a 35, 19,8; mientras que de 66 años y más, apenas 7,3 por ciento. De la encuesta surge que la calidad de construcción de las viviendas en Villa La Rana y Dock Sud es “satisfactoria” en un 70 por ciento de los casos (“materiales resistentes, sólidos y con la aislación adecuada, y a su vez, disponen de cañerías dentro de la vivienda y de inodoro con descarga de agua”), mientras que en Villa Elvira y Ciudad Evita, la mayoría es “básica” (“no tiene buena aislación, techo de chapa o fibrocemento, con cañerías e inodoro con descarga de agua”) e “insuficiente” (“ninguna de las dos condiciones anteriores”). Villa Elvira, por ejemplo, tiene más de la quinta parte de sus viviendas (21,6 por ciento) con hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).
Sin embargo, el 75,8 por ciento de los encuestados de Villa Elvira sostuvo que “es un buen lugar para vivir”, subrayando como motivo más importante (60,3 por ciento) la “tranquilidad” y como segundo motivo (20,7) el “arraigo/pertenencia al barrio”, que se vincula con que viven allí sus familiares y amigos. Al mismo tiempo, a la pregunta de “por qué no es buen lugar para vivir”, el 59 por ciento lo motivó en la “sensación de inseguridad” y el consumo de drogas (15,4). En Villa La Rana, en cambio, el consumo de drogas no aparece entre las motivaciones para no vivir allí. En Ciudad Evita llama la atención que menos del 60 por ciento de los vecinos (59,4 por ciento) tiene acceso a la comisaría, y apenas el 35,6 a la delegación municipal. En ese sentido, “e Ciudad Evita la mayoría de las personas encuestadas (59 por ciento) no consideró al barrio como un lugar adecuado para vivir”, siendo el único de los barrios seleccionados donde se produjo un resultado semejante.
En síntesis, las principales problemáticas que perciben los vecinos de Villa La Rana y Ciudad Evita están vinculadas con actividades delictivas por encima del 40 por ciento; en Dock Sud señalan la delincuencia y falta de seguridad (25,7 entre ambas) y las vinculadas con el consumo de drogas y alcohol. Cabe destacar también que respecto del acceso de servicios, en Ciudad Evita, el 34 por ciento dijo no tener ningún acceso al 911, es decir, cuando hay una emergencia se sugiere el arreglate-como-puedas, que no parece tener simetría en ningún barrio de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo.
Uno de los objetivos del trabajo era aproximarse a que entienden por violencia los propios habitantes de los barrios seleccionados: el grupo mayoritario (24,2 por ciento) relacionó la palabra con la violencia física; el 15,1 con la simbólica; en tercer lugar y muy cerca, el 14,9 con actividades delictivas y el 10,5 con el consumo y venta de drogas y/o alcohol. Con la violencia de género, el 4,6, aunque podría pensarse que el rubro “violencia intrafamiliar” puede tener incorporados votos en ese sentido, ya que también está particularizado el 0,7 como “violencia infantil”.
El 70,5 por ciento de quienes fueron víctimas de hechos de violencia los caracterizaron como “robo”. En segundo lugar, “pelea a golpes” (8,1), seguido de “tiroteo” (5,2) y, cuarto, “homicidio” (3,5). Entre los hechos habituales de violencia, el maltrato a la mujer ocupó un 7,6 por ciento, al que se puede agregar “peleas dentro de la familia” (7,7) (ver aparte).
El estudio también avanzó sobre las características que se adjudican al hecho violento, es decir, si fue “muy violento”, “violento”, “ni violento, ni poco violento”, “poco violento” y “nada violento”. “Golpear o castigar físicamente” es el que más veces fue considerado “muy violento” (64,4), más aún que “robar” (60,9). La Rana es el único barrio donde “robar” superaba en la cuantificación de “muy violento” (73,5) a “golpear...” (64,8). Como hecho de violencia habitual, el robo es el que ocupa más porcentaje (25,3).
En el cruce por edades de los hechos de violencia más habituales, todos los grupos coinciden en que el “robo” es el más habitual, seguido de “peleas a golpes” y “discusiones” en ese orden, pero el robo aumenta en la consideración de habitualidad a medida que avanza la edad, lo mismo que “peleas dentro de la familia”; en cambio, disminuye “peleas a golpes” y “asesinatos”, que tienen más peso en la franja de “16 a 55 años”. “Requisas” y “detenciones” son mucho más frecuentes entre los jóvenes. Los lugares habituales donde se producen esos hechos es, mayormente, “la calle” (43,9 para las víctimas y 42,4 para las que no lo fueron). La “escuela” tiene un porcentaje alto (12,7 y 17,1 respectivamente). Más, el “ámbito familiar” (17,5 y 16,7) y los “boliches y bares” (16,1 y 16,3). No descartar la “comisaría” (2,3 y 2,9).
Se determinó también que el grupo etario que más sufre la violencia es el de los jóvenes (34,7 por ciento lo consideró así). A los niños, el 15 por ciento de los encuestados los considera como los más victimizados. Incluso los propios jóvenes se consideran en un 42,6 por ciento como los que más sufren la violencia.
Respecto del lugar de residencia, el 45,3 por ciento consideró que quienes más sufren violencia viven dentro del barrio y sólo el 10 por ciento consideró que ese grupo victimizado estaba fuera. Los jóvenes aparecen como los que más sufren la violencia pero, también, como el grupo que más la ejerce (71 por ciento). También es interesante cómo los propios vecinos de los barrios seleccionados identifican como grupos violentos, según la nacionalidad de origen. Si bien el 48 por ciento de quienes fueron víctimas de algún hecho violento no identifica a un grupo en particular como victimario según país de nacimiento, casi el 40 por ciento (39,5) identifica la categoría “argentina”, que supera ampliamente al 6,3 por ciento de “otros países”. La perspectiva de los inmigrantes violentos se diluye cuando se consulta a las víctimas.
Si se trata de determinar cómo resolver la violencia, las fuerzas de seguridad aparecen con una importante carga negativa (ver aparte). De hecho, es interesante identificar lo que ocurre con la violencia de género. El alto número que consideró el maltrato a la mujer como hecho habitual de violencia contrasta con la escasa cantidad de denuncias. Del ciento por ciento de casos sufridos, sólo el 16,7 por ciento fue denunciado, constituyendo la categoría con más bajas denuncias. Y es ahí donde se nota la profunda desconfianza a la policía. De las pocas denuncias realizadas por maltrato a la mujer, el ciento por ciento de los casos se realizó en fiscalías, eludiendo la presentación ante una comisaría de la mujer, supuestamente especializada.
El informe demuestra además que la amplia mayoría de los homicidios tuvo lugar entre personas que se conocían, lo que “problematiza las interpretaciones que identifican de manera unívoca estos hechos con los delitos contra la propiedad”. También que la mayor parte de los encuestados consideró que los homicidios tienen origen en buena parte en discusiones y peleas, y que son homicidios evitables en una enorme proporción. El trabajo concluye en que “los y las habitantes de los barrios identifican la presencia del Estado como deficitaria a partir, en el mejor de los casos, de una intervención reactiva ante los hechos de violencia o, en su defecto, de una ausencia manifiesta”.
horaciolqt@yahoo.com.ar"Indec de la criminalidad"
Denuncian un "Indec de la criminalidad"
Diana Cohen Agrest, madre de un joven asesinado por un delincuente con libertad condicional, dirigió una carta al periodista Jorge Fontevecchia para denunciar la manipulación de las cifras de homicidios
Desde 2009, la Argentina no tiene una estadística nacional para conocer cuántos homicidios hay cada cien mil habitantes. Es un índice que elaboran la mayoría de los países del mundo. Pero Argentina no sólo no lo realiza hace cinco años, sino que incluso las pocas cifras que tiene estarían manipuladas.
"Se valen de distintos recursos para decir que tenemos índices similares a los europeos en Buenos Aires", cuestionó la doctora en Filosofía Diana Cohen Agrest, madre de Ezequiel Agrest, el joven de 26 años que fue asesinado en 2011 por un delincuente en libertad condicional.
Este domingo, el director del diario Perfil, Jorge Fontevecchia, reveló un mail que le mandó la intelectual con el detalle de tres mecanismos que utilizan tanto el gobierno nacional como la Justicia para reducir los índices de asesinatos. A continuación, el mensaje que le envió:
Hola Jorge,
Te pido que me ayudes y nos ayudes. (...) Gracias a la doctrina nefasta de Zaffaroni, los jueces fueron partícipes necesarios de miles de muertes perpetradas por reincidentes excarcelados discrecionalmente por este ideólogo y sus discípulos.
En su momento, (Nilda) Garré fue premiada con un cargo en la OEA (Organización de los Estados Americanos). Es claro que Zaffaroni está renunciando no por ajustarse a la Constitución, sino porque le espera un cargo en la Corte Interamericana de Derechos Humanos de Costa Rica. (...)
Mañana, 12 de noviembre, Ezequiel cumpliría 30 años. De no ser por la doctrina Zaffaroni, estaría vivo. Como tantos otros que murieron o que van a morir pronto...
Por si te interesa conocer cómo procede el Indec de la criminalidad, debajo te copio los distintos recursos de los que se valen para decir que tenemos índices similares a los europeos en Buenos Aires.
1) El Ministerio de Salud de la Nación calificó como "subestimada" la cantidad de asesinatos registrados en el país, cuando en el 2012 denunció que se creó un segmento creado ad hoc para distorsionar la tasa de homicidios: la forma para ocultar las cifras reales de muertes fue pasar los asesinatos a un casillero estadístico ambiguo y especialmente armado para establecer una zona gris: "Muertes por causa externa de intención indeterminada". Una muerte no accidental que se registra como un hecho sin datos es excluida de la estadística de homicidios.
2) En la provincia de Buenos Aires se utiliza el casillero "Averiguación causales de muerte" para todo fallecimiento sospechoso de criminalidad; es decir, desde el fallecimiento por causas naturales de un anciano en su hogar sin un médico de cabecera que firme el certificado de defunción, hasta el homicidio en la vía pública resultante de disparos de arma de fuego... Si un fiscal no se encuentra en el lugar de los hechos cuando el primer policía llega, el casillero es completado bajo esa notación, más allá de la carátula que luego se registre en el Poder Judicial.
3) Los heridos que mueren hospitalizados tras unos días por complicaciones no son registrados como homicidios
Un abrazo
Diana
http://www.infobae.com/2014/11/16/1609146-denuncian-un-indec-la-criminalidad
ESCUELAS BONAERENSES
Laberinto educativo: un recorrido profundo por la compleja realidad de las escuelas bonaerenses
Edificios en condiciones precarias, directores de licencia, comedores escolares desbordados, gremios politizados. Pese a la suba presupuestaria, la escenografía educativa en La Plata refleja, a escala, una problemática nacional
El sol de noviembre recalentaba los criaderos de pollos del barrio El Peligro de esta ciudad, tan cerca de la escuela primaria 123, y un hedor compacto saturaba la atmósfera. Es un edificio relativamente nuevo, luminoso, con el frente de ladrillos a la vista. Los 600 alumnos y sus padres, las maestras, los directivos y los auxiliares, los funcionarios bonaerenses, todos debían estar contentos a principios de 2012, cuando la escuela se mudó a esa construcción, a unos 200 metros de la ruta 2, a la altura del kilómetro 43,800.
Pero las cosas cambiaron rápidamente. El salón de usos múltiples (SUM), donde desayunan y almuerzan unos 350 chicos, enseguida se llenó de gorriones y de moscas. Nubes de moscas que chocan contra los vidrios y provocan ese zumbido permanente que hace vibrar el aire. Afuera. Adentro. En la cocina.
"Esos puntitos no son de óxido -precisó una de las mujeres que se encargan de la cocina a un funcionario del Área de Infraestructura del Consejo Escolar platense-. Son cagadas de moscas. Están por todas partes. Es un asco."...
Si no arreglan las cosas no vamos a cocinar más", advirtió la auxiliar. Una compañera le recordó el día en que un gorrión aterrizó en la olla y tuvieron que tirar la comida. Otra acotó que estaba cansada de limpiar a cada rato la suciedad que dejan los pájaros. Allí, entre las moscas y los pájaros, comen los chicos, frente a un patio casi sin sombra, donde el pasto ya crece entre las juntas de las baldosas. Parece que nadie puede frenar la degradación. La directora de la escuela -recordaron- pidió carpeta médica y la vice renunció.
"El deterioro es permanente y exponencial. Si bien se han hecho obras, muchas veces están mal hechas: los techos se llueven, no hay agua o no anda la caldera", sostuvo el presidente del Consejo Escolar platense, Juan Manuel Isasi. Y éste, el de la escuela 123, es uno de los ejemplos más cabales de la fragilidad de las obras gubernamentales. En efecto, ese establecimiento se llueve; no hay agua potable, por lo que deben abastecerse con bidones, y sólo colocaron dos calderas domésticas que no alcanzan para entibiar las aulas en el invierno, más crudo en esa zona descampada del suburbio platense.
El subsecretario de Educación bonaerense, Néstor Ribet, recordó que 2013 y 2014 fueron los años que más huelgas registraron del Frente Gremial Docente Bonaerense (FGDB). De hecho, los últimos paros fueron la semana pasada, mientras la Legislatura votaba el presupuesto para el año próximo e incluía una partida adicional de $ 2500 millones para el área educativa. Así elevó a $ 71.000 millones los recursos para el sector. "Este año ya se perdieron 21 días de clases por la huelga del frente gremial. A eso hay que sumar las huelgas de los empleados auxiliares. Con todo esto, calculo que en la provincia las escuelas tienen un promedio de 30 días sin clases por los paros y por otros motivos, como las condiciones climáticas", dijo Ribet.
A mediados de año, para evitar huelgas luego del receso invernal, el gobierno creó, por pedido de los gremios, el Fondo Escolar, mediante la resolución 1147/14. El fisco giraba a los consejos escolares bonaerenses el 25% de lo recaudado por Ingresos Brutos. Luego del pedido de los docentes, el 60% de la recaudación continuó siendo asignado a los consejos y el 40% empezó a ser girado a los directores de las escuelas....
http://www.lanacion.com.ar/1744347-laberinto-educativo-un-recorrido-profundo-por-la-compleja-realidad-de-las-escuelas-bonaerenses