domingo, 16 de noviembre de 2014

ESCUELAS BONAERENSES

Laberinto educativo: un recorrido profundo por la compleja realidad de las escuelas bonaerenses

Edificios en condiciones precarias, directores de licencia, comedores escolares desbordados, gremios politizados. Pese a la suba presupuestaria, la escenografía educativa en La Plata refleja, a escala, una problemática nacional
El sol de noviembre recalentaba los criaderos de pollos del barrio El Peligro de esta ciudad, tan cerca de la escuela primaria 123, y un hedor compacto saturaba la atmósfera. Es un edificio relativamente nuevo, luminoso, con el frente de ladrillos a la vista. Los 600 alumnos y sus padres, las maestras, los directivos y los auxiliares, los funcionarios bonaerenses, todos debían estar contentos a principios de 2012, cuando la escuela se mudó a esa construcción, a unos 200 metros de la ruta 2, a la altura del kilómetro 43,800.
Pero las cosas cambiaron rápidamente. El salón de usos múltiples (SUM), donde desayunan y almuerzan unos 350 chicos, enseguida se llenó de gorriones y de moscas. Nubes de moscas que chocan contra los vidrios y provocan ese zumbido permanente que hace vibrar el aire. Afuera. Adentro. En la cocina.
"Esos puntitos no son de óxido -precisó una de las mujeres que se encargan de la cocina a un funcionario del Área de Infraestructura del Consejo Escolar platense-. Son cagadas de moscas. Están por todas partes. Es un asco."...
Si no arreglan las cosas no vamos a cocinar más", advirtió la auxiliar. Una compañera le recordó el día en que un gorrión aterrizó en la olla y tuvieron que tirar la comida. Otra acotó que estaba cansada de limpiar a cada rato la suciedad que dejan los pájaros. Allí, entre las moscas y los pájaros, comen los chicos, frente a un patio casi sin sombra, donde el pasto ya crece entre las juntas de las baldosas. Parece que nadie puede frenar la degradación. La directora de la escuela -recordaron- pidió carpeta médica y la vice renunció.
"El deterioro es permanente y exponencial. Si bien se han hecho obras, muchas veces están mal hechas: los techos se llueven, no hay agua o no anda la caldera", sostuvo el presidente del Consejo Escolar platense, Juan Manuel Isasi. Y éste, el de la escuela 123, es uno de los ejemplos más cabales de la fragilidad de las obras gubernamentales. En efecto, ese establecimiento se llueve; no hay agua potable, por lo que deben abastecerse con bidones, y sólo colocaron dos calderas domésticas que no alcanzan para entibiar las aulas en el invierno, más crudo en esa zona descampada del suburbio platense.
El subsecretario de Educación bonaerense, Néstor Ribet, recordó que 2013 y 2014 fueron los años que más huelgas registraron del Frente Gremial Docente Bonaerense (FGDB). De hecho, los últimos paros fueron la semana pasada, mientras la Legislatura votaba el presupuesto para el año próximo e incluía una partida adicional de $ 2500 millones para el área educativa. Así elevó a $ 71.000 millones los recursos para el sector. "Este año ya se perdieron 21 días de clases por la huelga del frente gremial. A eso hay que sumar las huelgas de los empleados auxiliares. Con todo esto, calculo que en la provincia las escuelas tienen un promedio de 30 días sin clases por los paros y por otros motivos, como las condiciones climáticas", dijo Ribet.
A mediados de año, para evitar huelgas luego del receso invernal, el gobierno creó, por pedido de los gremios, el Fondo Escolar, mediante la resolución 1147/14. El fisco giraba a los consejos escolares bonaerenses el 25% de lo recaudado por Ingresos Brutos. Luego del pedido de los docentes, el 60% de la recaudación continuó siendo asignado a los consejos y el 40% empezó a ser girado a los directores de las escuelas....
http://www.lanacion.com.ar/1744347-laberinto-educativo-un-recorrido-profundo-por-la-compleja-realidad-de-las-escuelas-bonaerenses

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