martes, 9 de septiembre de 2014

Cuando la inseguridad forma parte del trabajo


El problema de la inseguridad está omnipresente en nuestros días. Cotidianamente se cometen delitos que logran un gran impacto social, hasta el punto de que la comunidad está comenzando a formar organizaciones específicas y, a través de herramientas como las redes sociales, se forman grupos de vecinos afectados, o simplemente preocupados por la situación, cuyas pancartas y banderas hemos visto en las marchas recientes. En general obtienen mucho espacio los delitos contra la propiedad, los robos violentos, las entraderas y los asaltos a mano armada.

Pero hay otro espectro de delitos que son cotidianos, y también sumamente preocupantes, porque afectan directamente a personas que están realizando su trabajo. El caso de los robos contra choferes de taxis, autos de alquiler, conductores de colectivos y cadetes de servicios de entrega a domicilio se ha naturalizado y ya casi forma parte de los riesgos normales de trabajo. Sobre todo en ciertas zonas y ciertos horarios, estos trabajadores están al corriente de que sufrir un episodio de inseguridad está en su rutina.

Un taxista cuenta con total naturalidad que "dos chicas subieron esta madrugada, me dijeron que iban a Cuadro Nacional y que cuando llegaran se iban a escapar sin pagar". A otro colega, al llegar al mismo barrio, el pasajero le dijo que no le iba a pagar, y ante el reclamo se le abalanzó para agredirlo y robarle la billetera. Hizo la denuncia policial pero las fuerzas no entraron al domicilio del acusado, para lo cual se necesitaba de una orden judicial. 

Muchas veces se desiste directamente de denunciar, se toma como un avatar más de la propia tarea, o se toman medidas defensivas como la que se informaba en ediciones anteriores, el conductor que colocó una mampara para separar las plazas traseras, luego de recibir tres puntazos en el cuello y la cabeza, en un intento de robo.

Los choferes de micros han decidido, frente al problema, movilizarse hoy a las 10.00 al Kilómetro Cero para pedir, entre otras cosas, dejar de manejar dinero de la recaudación sobre las unidades y pasar a sistemas de cobro electrónico o prepagos. El delegado de una de las empresas locales, Javier Varreti, expresó a Diario San Rafael que están cansados de los episodios de violencia y agresiones permanentes. Las tarjetas magnéticas que se utilizan en muchos lugares de la provincia se han anunciado para San Rafael, pero aún no hay fechas confirmadas ni certezas.

Otro de los trabajos afectados por este tipo de inseguridad es el de los servicios de cadetería y envío a domicilio de pizzerías, heladerías y otros rubros gastronómicos, y también de farmacias. En algunos comercios, según indicaron, la decisión es no enviar a ciertas zonas de la ciudad. Cecilia, de una conocida heladería, explicó que directamente ante el llamado consultan por el barrio, y avisan que a ciertos lugares no tienen envío; les explican cordialmente que no es por ellos pero que la empresa decide en ciertos horarios no enviar a ciertos lugares. Otros han optado por suspender completamente el envío, frente a los robos permanentes de las recaudaciones.

En definitiva, muchos trabajos ponen a quienes los desempeñan directamente en serias condiciones de indefensión. Garantizar seguridad es prácticamente imposible, por la misma condición de la tarea. Y lo triste es que la solución no pasa por más policías y patrulleros.

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