domingo, 23 de septiembre de 2012

EN REALIDAD EL ESTADO DEBERIA HACERSE CARGO DE CADA MUERTE!!! Y DEBERÍA PAGAR SUMAS SIDERALES PARA QUE DE ESTA MANERA EMPIECE A HABLAR AL MENOS DE INSEGURIDAD!!!



“Es inaceptable una muerte tan injusta y que nadie pague por ella”



A 5 años del crimen aún impune de Atilio Demarchi –un docente de 68 años que vivía con su madre de 97 y que en un robo fue asfixiado con un repasador en su casa–, su hermana Catalina lo recordó. "El salvajismo que usaron habla bastante mal de nosotros como sociedad", sostuvo
"Atilio era profesor de colegio secundario, en Capital ya se había jubilado pero en provincia seguía dando clases de filosofía, psicología y didáctica. Era muy querido por sus alumnos",  contó Catalina Demarchi.
Transcurría la mañana del 12 de julio de 2007 y el docente estaba en su casa ubicada en Ramón L. Falcón al 4100, a una cuadra de la avenida Rivadavia, en el barrio porteño de Floresta. Allí vivía junto a su madre, una anciana de 97 años que estaba postrada y con sus facultades disminuidas.
Los delincuentes entraron a la vivienda y robaron joyas y dinero. “Fue sometido a golpes, maniatado, amordazado y muerto en la planta alta de la casa. Se llevaron plata y alhajas”, manifestó Catalina, la única hermana de la víctima.
Los asesinos usaron un repasador  para taparle la boca. “Falleció por asfixia por estrangulamiento manual y por sofocación por la mordaza, que le tapó la nariz y la boca”, reveló la mujer en una entrevista con Infobae.com.
Catalina aseguró que desde hacía un tiempo se sabía que unos sujetos estaban en la zona “timbreando” a ver quién abría y que ella misma fue testigo de cómo alguien intentó abrir la puerta de una casa, que afortunadamente estaba cerrada.
En tal sentido, sostuvo que la puerta de la vivienda donde vivía su hermano no cerraba bien y que quizás los criminales aprovecharon que la víctima no puso llave esa mañana. El cadáver fue descubierto por la mujer que cuidaba a la madre de la víctima.
"Morirse está dentro de lo normal. Podría haber tenido cualquier muerte: un infarto, un ACV o una enfermedad. La muerte y el dolor  son los mismos, pero no todo lo que viene detrás", sostuvo.
El caso fue investigado pero nunca hubo detenidos. “Desde hace unos años el Ministerio de Justicia ofrece una recompensa de cien mil pesos para quien pueda aportar datos útiles, debiendo dirigirse a la Fiscalía en lo Criminal Nº 42", manifestó Catalina.
"Todos sabemos que nos vamos a morir, pero no se puede aceptar una muerte  tan  injusta. El hecho de que no haya un culpable  pagando por lo que hizo agrava más las cosas", expresó. "El salvajismo que usaron habla bastante mal de nosotros como sociedad. La saña que ponen con la gente mayor es brutal, pareciera que se ensañan aun más con quienes menos pueden defenderse", finalizó.

Quienes deseen recordar a un familiar o amigo y contar su historia pueden escribir a
victimasdelainseguridad@infobae.com

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