Preocupación oficial por fallas en el control de seguridad de las cárceles
No saben aún quién ni cuándo entró el revólver a la Penitenciaría. Droga y celulares siguen burlando las requisas y llegan a los presos en los pabellones.
Al tiempo que una fiscalía y el Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario llevan adelante sendas investigaciones para determinar cómo fue que un arma de fuego entró a la Cárcel de barrio San Martín de la ciudad de Córdoba, existe una gran preocupación tanto en el Servicio Penitenciario como en el Gobierno respecto a la reiterada falla en los controles perimetrales de los presidios.
Es que no sólo que ingresa permanentemente droga (cocaína y porros de marihuana) a los presidios y llega hasta los presos, sino también teléfonos celulares, los que terminan siendo usados para la realización de otros delitos, como estafas, robos y amenazas.
Por caso, hace pocos días se descubrió que un peligroso preso fue sorprendido con un celular inteligente, con conexión a Internet, el cual supuestamente usaba para comandar una banda dedicada, muros afuera, a estafar con autos y hasta robarlos.
Como se informó en la edición de ayer de La Voz del Interior , el miércoles pasado fue encontrado un revólver calibre 22 en un baño de la Penitenciaría de Córdoba Capital.
El arma se halló en un lugar que es utilizado tanto por guardiacárceles como también por aquellos reclusos de buena conducta que salen de los pabellones para hacer fajina (tareas de limpieza). Hasta anoche, ninguna autoridad quiso hablar en público sobre el incidente. Ni siquiera se había emitido un comunicado a la prensa.
La sospecha es que el arma estaba dirigida a algún preso para cometer una fuga o quizá una toma de rehenes.
Se esperan sanciones. Fuentes oficiales señalaron que por ahora no hay personal separado, aunque se considera inminente alguna sanción, sobre todo para los responsables de la seguridad externa. “No sabemos cómo ni cuándo ingresó ese armamento”, indicó ayer una fuente oficial. “Alguien lo dejó ahí para que otra persona, algún detenido, lo pasara a buscar y pudiera meterlo en algún pabellón; por suerte, se lo encontró antes”, aseguró otro informante. Ahora, ¿quién metió esa arma? ¿Una visita o un guardiacárcel?
Supuestamente, la seguridad en la Penitenciaría se reforzó. Sobre todo luego de que en marzo de 2008 una pistola entrara a la Penitenciaría escondida en la bocha de una heladera. Esa arma llegó a manos de presos que tomaron rehenes y quisieron huir. En Bouwer, “al Porteño” Luzi también le habían llegado armas.
Lo que se sabe es que este 22 no era para Luzi: “el Porteño” está preso en Buenos Aires.
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