sábado, 24 de diciembre de 2011

TERAPIA DE UNA PAREJA DESPAREJA


Terapeuta ¿Cómo fue que decidieron venir?
(Los dos se miran, sorprendidos por la pregunta.)
Mariotto : (Se encoge de hombros y sonríe, irónico.) Yo no decidí nada. Estoy acá por el mero ejercicio imaginativo del autor de la columna. Hoy día, gracias a la plena libertad que tenemos en Argentina, cualquier periodista usa su imaginación y te lleva a un lugar o una situación a la que vos en la realidad jamás irías. ¿Usted, doctor, escuchó que alguien agradezca la absoluta libertad para fantasear que da este gobierno? No. Nadie nos la reconoce. (Mira a Scioli y suspira, fastidiado.) Pero a ver, Daniel: ¿Querés aprovechar este espacio irreal para que hablemos de algo? Acordate de lo que te vengo diciendo: no es personal. Pensá en Cablevisión. También les pusieron un interventor.
                                    
Scioli : (Serio, tenso.) ¿Sabés lo que pasa, Gabriel? Mientras vos estabas meta blablá por los diarios y las radios pegándole a mi jefe de gabinete, yo estaba trabajando junto con Casal -mi ministro de Seguridad que ustedes tanto critican- y acabamos de incautar mil kilos de cocaína que iban para la costa. Y eso no es todo. Ahora vamos por el objetivo más importante: desarticular una banda que se instaló hace poco en provincia y que tiene un desarmadero. ¿Qué desarman? (Mira con odio a Mariotto). El proyecto Scioli 2015.
La desconfianza es como la polución. Hay niveles tolerables y niveles tóxicos. Semana dos... y ustedes ya están con barbijos.
: Yo coincido. Acá hay que dejar los individualismos de lado. Trabajar con fe, con optimismo. Con Gabriel compartimos el proyecto de país que concibe la Presidenta. Lo que pasa es que él, como la ministra Garré, como Verbitsky, cuestionan la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense. La acusan de connivencia en casos de corrupción policial. (Quejándose) Doctor, no pueden vivir metiéndose en mi política de seguridad. Saqué el 57 por ciento de los votos. ¡Que me dejen tomar decisiones con libertad!
: (A Scioli) Ya te dije, no es personal. ¿No entendés que como gobernador, sos todo lo libre que se puede ser en un gobierno kirchnerista? (Con una sonrisa maliciosa) Además, Daniel, ¿para qué querés que te demos tu libertad... si jamás te vas a atrever a usarla?
(Scioli aprieta el puño, contiene la bronca.)
: (Sube el fuego a máximo, sabiendo que la pava de Scioli es capaz de hervir horas en silencio, sin silbar.) ... Y diga, doctor, que en provincia ella sacó igual de votos que él. ¿Se imagina si sacaba menos, lo que le iba a hacer?
(Sigue el Mariotto's show.)
: Yo creo que es una exageración decir -como ya están diciendo- que con la fórmula Scioli-Mariotto en provincia volvió el "doble comando". El gobernador es Daniel. Además, yo le reconozco grandes méritos. Hay que ser muy hombre para tolerar que sin consultarle le metan 6000 gendarmes. O para alinearse a la Casa Rosada condenando a la bonaerense por los incidentes en la Legislatura el día de la asunción, cuando piensa todo lo contrario. O haber elegido como símbolo la naranja y dejarse meter en el exprimidor. Es muy bueno que Daniel haya entendido que para este modelo, la docilidad es clave. (Señalándolo con las manos) En este momento, que él no tenga valor... es un valor.
: (A Scioli, que está defensivamente disociado, mirando la ventana) ¿Sabe, Daniel? Parece que la vida le ha enseñado a aguantar. El tiempo dirá si esta formidable resistencia que usted tiene a la agresión, a la invasión, a la humillación, construyó a la larga -muy a la larga, según vamos viendo- un tanque blindado capaz de atravesar cualquier arena política... (Silencio de misa -recordemos que Scioli cree en Dios y se arrodilla ante él a página entera en una solicitada.)
¿Qué piensa, Daniel, que se quedó en silencio?
: Me estaba acordando del 24 de junio. Fue el día fatídico. Me pasé toda la tarde en el piso 19 del Banco Provincia esperando que me informaran quién iba a ser mi vice. La escena era la de un parto. Y cuando sonó el celular y me lo comunicó la Presidenta... (Deja colgar su cabeza, abatido) fue como si hubiera salido el obstetra y me hubiera dicho: "Nació con un problemita, es de La Cámpora". (Scioli suspira pero enseguida se rearma.) Es así. Hay que ir para adelante. Con fe, con trabajo, con optimismo. Aunque alguien pueda decir: "Miren a Scioli. Creyó que se le iba a complicar con la "maldita policía". Y se le complicó con el "maldito comisario político".

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