jueves, 22 de julio de 2010

http://www.la-gente.com.ar/07_10/notas/nota1.htm

La droga del exterminio silencioso
Paco, la pesadilla Argentina
Su caída al infierno fue brusca, el paco era parte de su vida. Era capaz de hacer cualquier cosa para comprar su dosis diaria. Hoy, continúa con la lucha que emprendió hace unos meses atrás para salir de ese abismo que desea dejar en el pasado pero no en el olvido. La define como su batalla diaria, pero es consciente de que se trata del más duro de sus combates. Diego conversa a escasos metros de la Municipalidad de San Justo donde, como cada miércoles, hay un grupo de mujeres dispuestas a pelear bajo el lema “Basta de paco, basta de muertes, sí a la vida”.
“Antes sí capaz era algún que otro ‘churrasco’ o jalabamos un toque, pero un día cayó un amigo y trajo paco, y yo probé. Pegó, me dejó pila, duro, y por eso empecé. Llegué a gastarme casi doscientos mangos por día, re empachado, pero es que es una droga que te pide mucho. A veces, cuando quedaba manija, me daban igual porque sabían que tenía moneda, pero si sos fisura te junan como su gato y te mandan a afanar. En dos semanas no servís para nada, no comes, no te bañas, no tenes ganas de nada, quedas estúpido y deformado”, relata Diego.

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