domingo, 2 de mayo de 2010

SI ALGUIEN PUEDE CONTESTAR ESTA CARTA SERÌA MAGO?

ES INCREIBLE QUE CAIGAMOS TAN BAJO. NO PUEDE SER QUE CADA VEZ EMPEOREMOS COMO PAIS. 

En Argentina, la cantidad de delitos casi se ha duplicado en las últimas dos décadas, según una investigación realizada por la consultora independiente Centro de Estudios Nueva Mayoría. 

Este trabajo analiza exhaustivamente datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) y del Registro Nacional de Reincidencia. 

El año pasado, el país sudamericano exhibe una tasa de tres delitos cada 100 habitantes, aunque esta cifra podría ser mayor ya que menos de un tercio de los afectados evita hacer la denuncia correspondiente por \"desconfianza\" en el sistema de seguridad y justicia, según la investigación. 

Lo cierto es que en Argentina el índice de criminalidad es inferior al de otros países latinoamericanos como Brasil, Colombia y Venezuela. 

Sin embargo, la preocupación de los argentinos por la inseguridad figura entre las más elevadas del mundo. 

BBC Mundo habló con Eduardo Ovalles, especialista en seguridad pública del Centro de Estudios Nueva Mayoría, para tratar de entender este problema en el que se mezclan realidad y percepción. 

En Argentina existe la sensación de que la inseguridad ha aumentado. ¿Qué hay de cierto en ello? 

Como en cualquier país del mundo, en Argentina hay dos elementos en materia criminal. Por un lado, lo que se considera como inseguridad objetiva, es decir, la que reflejan las estadísticas de la realidad, y por el otro la subjetiva, o sea, la que tienen que ver con la percepción de la gente. 

Ambas cuestiones muestran un claro deterioro de la situación. 

Respecto de la criminalidad objetiva, las cifras indican que el volumen total de delitos en las últimas dos décadas después del restablecimiento de la democracia, entre 1985 y 2005, se ha incrementado un 182% en toda Argentina. 

En cuanto a la inseguridad subjetiva, todas las consultoras nacionales e internacionales coinciden en señalar que el reclamo por mayor seguridad es la principal demanda de la sociedad argentina. 

La encuesta más reciente realizada en nuestro país por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) ubica al reclamo por mayor seguridad en poco más del 60%. 

La última internacional, efectuada por la consultora Nielsen con una muestra de 42 países, coloca a Argentina solamente debajo de Sudáfrica entre los lugares donde es más elevada la preocupación por la inseguridad. 

Mientras que en el resto del mundo únicamente un promedio del 7% de los habitantes se manifiestan preocupados por la inseguridad y en América Latina el 17%, en Argentina esa cifra alcanza el 24%. 

¿Cuáles son los delitos más comunes? 


En nuestro país sucede lo que tiene lugar en el resto de América Latina, que es la segunda región más violenta después de África subsahariana. 

Claramente hay un predominio de hechos comunes como el hurto o el robo, pero a diferencia de épocas anteriores con mayor violencia y la posibilidad de perder la vida. 

¿A qué factores se atribuye la delincuencia en Argentina? 

En el mundo hay un consenso de que es una combinación de factores socioeconómicos (desempleo, pobreza y sobre todo desigualdad en la distribución del ingreso) y la falta de eficacia del sistema estatal para hacer cumplir la ley. 

En cambio, Argentina está dividida entre quienes piensan que sólo son los factores sociales y quienes únicamente creen que hay poca eficacia. 

¿Entonces no sólo hay una división entre realidad y percepción, sino también entre dos formas de entender y hacer frente al problema? 

El tema se ha politizado tanto en la sociedad como en la dirigencia, y esto es lo que más va a dificultar lograr una solución eficaz para el caso argentino. Hay un gran debate ideológico y, lamentablemente, desde allí se quiere enfrentar el problema. 

Están por un lado, en la izquierda, quienes argumentan que si no se solucionan las supuestas causas que originan la delincuencia, como desigualdad, pobreza, desempleo, no se podrá bajar el nivel de criminalidad. 

Por otra parte, en la derecha hay quienes sostienen que la sensación de impunidad que siente el delincuente al no ser sancionado es lo que multiplica el delito. 

Entonces estos últimos se centran en la sanción y los primeros en la prevención. 

A mi juicio hay que encontrar un punto de equilibrio en el cual no solamente haya prevención, sino también efectivo cumplimiento de la ley. 

¿Qué dicen los números acerca del sistema de seguridad y justicia? 

Dos cifras reflejan cuán bajo es el desempeño de nuestro sistema de seguridad y justicia: sólo el seis por mil de los delitos reciben una sentencia de prisión efectiva, a lo que se agrega que uno de cada tres detenidos por año son reincidentes. 

Entonces no sólo tenemos problemas de disuasión por parte de las fuerzas policiales, sino también de eficacia por parte de la justicia. 

Y finalmente, tal vez lo que sea más grave, nuestro servicio penitenciario no tiene capacidad de alojar en condiciones humanas a los que están detenidos, sino que tampoco les da la posibilidad de reinsertarse en la sociedad. 

HAY QUE HACER ALGO LOCO, PERO NOSOTROS NADA PODEMOS HACER, SI SEGUIMOS ASI TERMINAREMOS MAL.


ANGEL

No hay comentarios:

Publicar un comentario