jueves, 22 de abril de 2010


Creciente Inseguridad Pública – Pobreza

E Indigencia Policial, Un Coctel Explosivo

Exclusión, desigualdad social y delito
La doctrina ha probado, con sólidos fundamentos técnicos, que existe una estrecha correlación entre desigualdad social y delito. Estudios
económicos-criminológicos demostraron, a través del análisis comparado de la evolución de ciertos indicadores sociales promedios con las curvas de criminalidad,  que la distribución del ingreso explica mejor el comportamiento delictual global  en un conglomerado importante de nuestro país.
La experiencia consistió en comparar el promedio anual del coeficiente de Gini con las tasas de hechos delictuosos totales de la Ciudad de Buenos Aires, superpuestas en una misma serie de tiempo, comprobándose que la distribución del ingreso acompaña en un 90 % a la curva de hechos delictuosos, mientras que las tasas de desempleo solo pudieron explicar poco mas del 50% de los delitos observados. El estudio concluyó en que la desigualdad social, y no el desempleo o la marginalidad, explica mejor el comportamiento delictual. Por lo tanto, si se desean programar medidas de política económica para resolver algunos problemas sociales, y dentro de estos se resuelve combatir eficientemente el delito, no se debería cometer el repetido error de sostener que mediante la simple disminución de la tasa de desempleo se lograrán resultados positivos en la lucha contra el delito.

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