domingo, 21 de marzo de 2010

Una farsa de la que son protagonistas políticos, empresarios y medios periodísticos



Por Pedro Noel Romero, corresponsal de NOVA en Casa Rosada.


Una vez más sentimos necesidad de remarcar que “nos están meando y el periodismo dice que llueve”. Uno está harto de que los periodistas de los medios de renombre persistan en hacernos creer que a la gente le interesa el tema de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU); y de que, cada vez que realizan una nota radial o televisiva, mientan con ese dicho de que “a la gente le preocupa tal o cual cosa”, sobre todo cuando se aborda el tema del Banco Central o el funcionamiento del Congreso Nacional.

Al ciudadano común le preocupan la inflación y ver cómo cada vez que acude a un almacén o supermercado se licuan cada vez más sus magros ingresos. Políticos, empresarios y medios periodísticos son protagonistas centrales de una farsa, y ya es recurrente la misma porque en NOVA nos cansamos de señalar en pleno conflicto del Gobierno con el campo en el 2008 que a los K les convenía alargar indefinidamente el pleito para disimular una estampida inflacionaria brutal y el clima de inseguridad.

En diciembre del 2009 advertimos que Cristina Fernández de Kirchner había sido advertida de que era necesario habilitar el sinceramiento final de precios que se vino escondiendo debajo de la alfombra desde la devaluación de Eduardo Duhalde y Remes Lenicov, y escribimos que la mandataria prefirió habilitarlo cuanto antes para que las subas no pusieran piedras en la gestión en un año electoral como será 2011.

Entonces, irrumpió en escena un DNU de creación del Fondo del Bicentenario que hizo eclosión en enero de este año con el pedido de renuncia a Martín Redrado como titular del Banco Central e, increíblemente desde aquel 14 de diciembre, los medios periodísticos, el empresariado y los políticos están inmersos en un sainete de nunca acabar y se nos quiere hacer creer que son los temas que les interesan a la gente.

Tanto en aquellos 128 días de conflicto Gobierno-Mesa de Enlace agropecuario como en los últimos 90 días se habilitó una fenomenal transferencia de ganancias al sector empresarial que, a su vez, ordena a sus empleados, es decir a los medios periodísticos, a cubrir segundo a segundo lo que ocurre en el Congreso mientras que, en idéntico lapso, no hubo espacios en los medios para los reclamos de oyentes de radios, lectores de diarios y televidentes por el alza de precios.

Carnes y lácteos subieron entre un 40 y 50 por ciento. Para los sectores más humildes y desprotegidos, esos productos se hicieron prohibitivos. Pensar que, como si no bastara la inflación como castigo, los más pobres tributan el 21 por ciento del IVA toda vez que adquieren productos de la canasta básica de alimentos; y a los beneficiarios del Subsidio Universal por Hijo la suba de precios les esfuma la mitad del ingreso por ese concepto.

Una salvedad por si hubiera alguna susceptibilidad respecto de la labor periodística. Cuando los medios comenzaron a ocuparse del alza de precios en carnes y lácteos ya habían transcurrido dos meses desde la primera suba (segunda quincena de diciembre) y el panorama se agudizó para las franjas de la sociedad más humildes cuando tuvieron que hacer frente también a las subas en la canasta escolar a fines de febrero y primeros días de marzo.

Uno, humildemente, quisiera pedirles que se dejen de joder con esa mentira que se instala con el latiguillo de que a la gente le interesan los temas DNU y el funcionamiento del Congreso Nacional. Medios periodísticos, sector empresarial y políticos son, insistimos, protagonistas de una farsa mientras que a la gente la abruma ver cómo cada vez más cuando acude a un almacén o supermercado compra muchísimos artículos y productos menos y mañana comprará menos cosas que las que adquirió hoy.

¿Que es un gobierno progresista el de los K? Sigue vigente la misma matriz distributiva de los ’90 cuando hubo vigencia plena de planes neoliberales; siguen sin tributar al Estado las rentas (patrias) minera y financiera; rige la ley de entidades financieras de la dictadura y tampoco tributa al fisco el paraíso del juego que está en manos de amigos y entenados de los Kirchner (Cristóbal López). Y sigue vigente el vergonzante 21 por ciento citado que tributan los más pobres de toda pobreza cada vez que compran artículos de la canasta básica alimentaria.

Por algo el empresariado no provoca la caída de los K. No es porque sean democráticos. Es porque están obteniendo muchísimos más ingresos que en los ’90. Hay numerosas cosas que se hicieron bien en la administración Kirchner. Rescatamos las políticas de derechos humanos y la negativa a ajustar como lo hizo la Alianza perjudicando a jubilados y pensionados y a empleados públicos. Pero la brecha entre ricos y pobres creció de forma alarmante en los últimos tres años y hay muchísimas cosas por corregir.

Y… una vez más ponemos el grito respecto de la labor de los medios, porque “nos siguen meando y el periodismo dice que llueve”.

http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2010_3_21&id=16236&id_tiponota=4

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