jueves, 1 de septiembre de 2016

LOS MARAS

Una pandilla (de panda, reunión de personas, derivado del latín pandus, curvado) es un grupo de personas que sienten una relación cercana, o íntima e intensa entre ellos, por lo cual suelen tener una amistad o interacción cercana con ideales o filosofíacomún entre los miembros. Este hecho les lleva a realizar actividades en grupo, que puede ir desde salir de fiesta en grupo hasta cometer actos violentos o delictivos. También puede ser utilizado como sinónimo de trampa.2 En algunos países como El SalvadorHonduras, y Guatemala, también se utiliza el término Mara como sinónimo de pandilla delictiva.3 En este sentido enColombia también se usa el término combo.4 5 Aunque en sus comienzos representaba a los obreros, especialmente en el Reino Unido, con el tiempo el término ha adquirido una connotación negativa, especialmente en Iberoamérica, ya que su uso comúnmente se refiere a gruposbandas o tribus urbanas que habitualmente realizan acciones violentas contra otras personas o como sinónimo de una organización o afiliación criminal.
En las grandes ciudades de Estados Unidos son frecuentes los reportes relacionados con actividades de pandillas, especialmente homicidios, donde hay problemas de pandillas desde hace mucho tiempo, con muchos miembros documentados como contrarios a la ley.6
Las Naciones Unidas estiman que la mayoría del dinero que consiguen las pandillas proviene del comercio ilegal de drogas, calculado en £352 mil millones en total.7 El Departamento de Justicia de Estados Unidos estima que hay aproximadamente 30.000 pandillas, con 760.000 miembros, en 2.500 comunidades en todo el territorio de ese país.8
ESTO DECIAMOS EN EL 2015

Detectan a un mara en Argentina por primera vez

Armando Ortega Vera es mexicano y cayó por drogas. Está preso en el penal de Ezeiza y lleva tatuajes de la Mara 18, una de las pandillas más peligrosas del mundo.

Armando Ortega Vera fue detenido en Almagro en marzo y está bajo observación en el penal de Ezeiza. Es mexicano, cayó por drogas y es el primer integrante de una mara que se detecta en el país.
Según informó el diario Clarín, a los 21 años se fue a vivir como inmigrante ilegal a Estados Unidos. Luego lo deportaron y al volver a su país traficó drogas para el Cartel de Sinaloa, por lo que estuvo dos veces preso por narcotráfico. Lo detuvieron este año en Almagro y lo llevaron a la cárcel de Ezeiza. Allí, los penitenciarios descubrieron que pertenece a la “Mara 18”, una de las pandillas más violentas y peligrosasdel mundo.
Ortega Vera es el primer marero detectado y detenido en Argentina. Para las autoridades aún es un misterio bajo qué circunstancias llegó al país en 2013. Además, en menos de dos años cayó tres veces preso: dos por robo y la última por circular en un coche robado llevando drogas.
Se investiga si el mexicano es el único pandillero que emigró a la Argentina o sólo el primero de una serie por venir. La Mara 18 tiene una forma de organización guerrillera que comprende células que operan de Centroamérica a Canadá. Viven de ingresos ilegales como extorsión, sobornos, robos y narcotráfico.
El pandillero llegó a la Argentina a principios de 2013 y vivía en un departamento en la calle Sanchez de Bustamente, en Abasto. Tiene una novia colombiana con la que está en pareja hace un año y medio. La chica vive en Congreso y lo visita todos los fines de semana en la cárcel.
"El fenómeno de las maras va a ser algo con lo que se va a tener que enfrentar el próximo Gobierno", explicó Laura Etcharren, socióloga y especialista en narcotráfico a TN. La investigadora aseguró que en el país ya hay pandillas. "Tenemos aparentemente una célula de la Mara Salvatrucha funcionando en La Matanza y están las nuevas maras (maras locales) que tienen similitudes en la modalidad delictiva como los secuestros extorsivos o el pago de peajes para ingresar a determinados barrios", aseguró.
LAURA ECHARREN ESPECIALISTA EN ESTE TEMA PARA MAS INFO

Una nota de Pablo Pozurama publicada en el periódico La Matanza Digital en la cual, el estado embrionario de Maras se encuentra presente, tras la consulta del periodista sobre el caso de Eugenia Ledesma y la aparición de ESPERANDO LAS MARAS.

Pobreza, desigualdad, exclusión, marginalidad, violencia, delito y las drogas conviven diariamente en la realidad de los argentinos.
Estos mismos factores provocaron el surgimiento de las maras en Centroamérica como respuesta de las zonas excluidas de la sociedad.
Estos grupos de extrema violencia, se dedican al crimen organizado y disfrutan de asesinar. En La Matanza se registró el primer homicidio perpetrado por un marero en el país.
¿Qué son las maras?
Son pandillas juveniles que tienen como base principal la reproducción de la violencia social en las calles. Se encuentran dispersas por El Salvador, Honduras, Guatemala, México y EE.UU, aunque también es sabido que ya tienen centros en Canadá, Australia y el Líbano. Quienes deseen ser miembros de las maras deben someterse a ritos de iniciación, tales como feroces golpizas, además de una devoción religiosa al grupo.
Se dedican, principalmente, al tráfico de drogras, de armas y de personas. Trabajan de manera organizada con aliados en las fronteras. Sus cuerpos están cubiertos por tatuajes que los identifican dentro de la mara a la que pertenecen y, además funcionan como señalización del status que tienen dentro de ella.
Primer caso en La MatanzaEl 13 de Mayo de 2006 encontraron a Nilda Eugenia Ledesma violada y estrangulada en un campo ubicado en el Km. 24.700 de la Ruta Nacional Nº 3, en la localidad matancera de Rafael Castillo. El acusado del homicidio es un individuo cuyo nombre real se desconoce ya que en cada causa que se le sigue utilizó distintas identificaciones, entre ellas: Héctor Javier López, Félix Alberto Toscano, Luís Adolfo Toscano y Daniel Costa.
Más allá de sus múltiples identidades hay un detalle que lo destaca: tiene dos lágrimas tatuadas en su mejilla izquierda, por ello recibe el apodo de “El Lágrima”. Dentro de la valoración marera estos tatuajes dan cuenta de la cantidad de homicidios que tiene en su haber.
Gabriel González Craham, abogado de la víctima, asegura no tener dudas de que se trató de un caso de maras ya que “la muerte de esta chica no tiene una explicación racional. El principal sospechoso no tenía razón para violarla porque era su amante. Además, el grado de violencia aplicado fue terrible y no existió un móvil objetivo para el homicidio”.
Asimismo, Craham afirmó creer que la muerte de Eugenia Ledesma formó parte de un rito de iniciación marero y sentenció que “este fue el caso más raro de mi vida”.
Pese a que “El Lágrima”, es un delincuente con pedido de captura a nivel internacional, el Juzgado de Garantías Nº 2 del Departamento Judicial de La Matanza determinó que no había pruebas contundentes para mantenerlo detenido. Asimismo, mediante un Habeas Corpus se le otorgó la libertad. Hoy tiene cinco causas abiertas, dos de ellas por homicidio, pero se desconoce su paradero.
¿Se instalarán las maras en la región?
Si bien hay diferencias entre los mareros y los delincuentes que conviven diariamente en nuestra sociedad, hay similitudes alarmantes que se han consolidado el los últimos años. La delincuencia juvenil, el consumo de drogas, el homicidio como forma de respeto y status dentro del grupo y las marcas en su piel que perpetúan su pasado para intimidar a las víctimas, son algunos de los rasgos que ligan a las maras con los jóvenes criminales que caminan por las calles de nuestro Partido.
La socióloga Laura Etecharren, especialista en maras, aseguró que “las pandillas argentinas son maras en estado embrionario y tienen características locales pero también importadas que llegan a los chicos a través del tráfico de información”.
A su vez, Etecharren subrayó que “el conurbano bonaerense es un territorio propicio para la expansión de estos grupos, debido a la negligencia que hay desde el Ministerio del Interior y de la Policía”.
Dando cuenta de la explicación del crecimiento de este fenómeno, la socióloga denunció que “muchos de los apartados de la policía Bonaerense, como así también de la Federal, tienen un prontuario espantoso, son personas que conocen la fuerza desde adentro, saben mover los hilos desde afuera y son los que cooptan a los chicos que se inician en la pandilla de manera desorganizada, los alinean y conforman las pandillas mas pesadas, tal como sucedió en México y Guatemala”.
Por último, la especialista alertó que “hay potenciales mareros dentro de la policía” y que si no se toman medidas rápidamente “a fin de año estarán instaladas en Buenos Aires”.
Desde la Comisión de Seguridad de La Matanza (Co.Se.Ma) están en alerta por el peligro inminente de la instalación de estos grupos en la zona. “La exclusión en La Matanza es total. La mitad de la gente de los asentamientos no tiene documentación, los datos que estamos recopilando son escalofriantes. La mitad de la gente es pobre y el 50 por ciento son chicos”, señaló Marta Rodríguez, coordinadora de Co.Se.Ma. Por otro lado, opinó que “todos estos factores favorecen para que crezca el fenómeno de las maras”.
Si bien no aparecen típicos mareros caminando los barrios matanceros se debe alertar que estos grupos evolucionaron, han dejado de lado los cuerpos tatuados y camuflan su identidad tras cualquier apariencia de acuerdo a la región que deseen conquistar.
En conclusión, hay un alerta que atender de inmediato, con la metodología más eficiente y no se debe seguir pasando por alto esta realidad porque, en poco tiempo, puede ser demasiado tarde.

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