sábado, 21 de noviembre de 2015

CARTA AL FUTURO!!



Y aquí estamos, ahora que se han acallado las voces de esta larga campaña política que parecía interminable.
Estamos todos esperando esperanzados.
Estamos en las vísperas. En las vísperas de algo nuevo, de algo distinto, sin que esto sea, para nada, ni conlleve una sesgada mirada política.
No hay favoritismos aquí y ahora.
Porque ocurre que ahora mismo hay dos hombres que encarnan nuevos sueños.
Nuestros sueños.
Son únicos e indivisibles. Quien resulte ganador, sea oficialista u opositor, dejará su impronta.
Será su tiempo, su ciclo quedará en la historia.
Lo que viene tiene tantos interrogantes como expectativas a futuro.
¿Dejaremos atrás la grieta que nos divide como sociedad?
Tal vez esa sea la palabra que nos acompañó, como una sombra, durante la última década.
Para algunos - muchos -  esa grieta fue veneno, algo decididamente tóxico y estresante. Para otros - muchos, también - la grieta fue lleva la política a la calle, a la gente, a la discusión viva y militante, se diría, a la realpolitik.
No estamos ahora, en los umbrales de una elección tan importante para juzgar causas y consecuencias de ese fenómeno argentino histórico, pero es cierto que esas ideas opuestos, convivieron, en tensión, entre nosotros.
No sabemos si ese límite que no vemos pero que sí sentimos, sí experimentamos. Esa frontera de inocultables y tremendos alcances, esa zona minada entre argentinos, ese abismo entre hermanos, esa idea binaria entre amigo-enemigo, blanco-negro, irá quedando atrás rápidamente.
Acaso no, en un abrir y cerrar de ojos, después del domingo... pero todos tenemos derecho a creer que sí, que la herida irá cicatrizando con el tiempo.
Ansiamos que así sea. Como tantas otras cosas ansiamos.
Menos trincheras, por ejemplo, y más mesas familiares. Adiós a los anacronismos ideológicos. Hoy que se juntan los aliados y el Eje - enemigos irreconciliables de la Segunda Guerra - para combatir a la demencia de ISIS, por dar un ejemplo.
Si ellos lo hicieron (y debemos pensar que ahí sí las veredas eran bien opuestas, ¿no?)
Finalmente, debemos creer que las pasiones - tan afectos a ellas somos los argentinos - generan, muchas veces, los malentendidos. Es tiempo de concordia. No más veredas de enfrente, no más el fantasma del helicóptero, no más el miedo extorsivo.
Los argentinos nos debemos el gesto de apostar a recuperar los afectos perdidos. Volver a la mesa común, volver a compartir.
Hoy mismo, ahora que ya no resuenan las consignas más encendidas, la pirotecnia de la campaña política, hay dos esperanzas en marcha.
Cualquiera de ellas, después de la victoria, llevará a los hechos ese deseo que juzgamos ampliamente mayoritario: guiar a la Argentina hacia un clima de acuerdos, de consenso, de debate, de tolerancia mutua.
Porque, además nadie se engaña. La tarea que nos espera será dura. Para ellos también Los números fríos, implacables, dicen eso. Y está en el aire la idea de que no será "un lecho de rosas". En eso concordamos todos.
Todo nacimiento conlleva su cuota de dolor. Gane quien gane, sea el representante del oficialismo o el de la oposición, el gobierno tendrá, eso sí, la llave del acuerdo para volver a entendernos. Y eso es algo invalorable, después de tanto tiempo sin hablarnos.
Salvar la grieta, inventar creativamente un escenario donde todos seamos protagonistas de lo que vendrá. En diversidad. Sin renunciar a nuestras ideas. Es hora de abuenarnos como sociedad.
Perón y Balbín, hace muchísimos años, se abrazaron bajo esta consigna: abuenarnos.
Dos esperanzas están en marcha, para hacer realidad el sueño de la inmensa mayoría. ¿O vamos a pasar la vida cavando más profunda la grieta en lugar de tender puentes?
Esta semana, en nuestro noticiero, vimos a los dos candidatos - alguno de ellos será Presidente - sentarse, en un gesto republicano que los enaltece, para someterse a las preguntas de la gente común de todo el país.
Eso ya es un cambio... y aplaudimos al próximo presidente por eso.
Ahora que ellos hablaron y ya no pueden hacerlo, porque es lo que marca la ley, pueden escucharnos.
Nos hacemos eco de muchos compatriotas que ayudaron a confeccionar una simple, humilde y educada lista de deseos para ambos.
Lo que queremos es que no nos mientanque no nos maltratenque nos respetenque nos cuidenque nos defiendanque nos hablen claro y no con evasivas.
Cosas simples, pero acaso revolucionarias y que rondan en el imaginario colectivo, que forman parte de los intereses del ciudadano común argentino.
Eso, tan simple como eso.
Y el domingo, compatriotas, a votar con alegría, cualquiera sea el candidato que elijamos para concederle la responsabilidad - y el honor - de gobernarnos.


COMPARTIMOS:Telenoche: "Desde la grieta", una nueva carta al futuro

Mario Markic escribió un texto a dos días del primer balotaje que decidirá quién será el próximo presidente de los argentinos.

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