viernes, 28 de marzo de 2014

UNA NOTA DE LIVIO FERNANDEZ.....LA INSEGURIDAD TIENE SOLUCION!

La inseguridad tiene solución (#9); síntesis de propuestas y conclusión
La situación actual de inseguridad y violencia delictual es el resultado del proceso de deterioro del servicio de seguridad y de una crítica situación social,  transversal a los distintos gobiernos. 


En este último documento de la serie “la inseguridad tiene solución” se expone la síntesis de las propuestas desarrolladas y la conclusión, para hacer “lío” como pide el papa Francisco pero en su acepción de unir los aportes realizados.
Reformular el presupuesto policial: Dos décadas atrás se asignaba a la Policía alrededor de un 8% del presupuesto general. Pero la seguridad pública fue perdiendo porcentajes de participación relativa en el presupuesto. La Cámara de Diputados terminó aprobando sobre el cierre del año pasado las cifras que el poder ejecutivo presupuestó para la jurisdicción 21 policía provincial: 865 millones de pesos para 2014, que representa el 4,57% sobre el total de erogaciones previsto en el proyecto de presupuesto general de 18.923 millones de pesos. Es necesario un mayor presupuesto en seguridad pública, para atender prioritariamente a los recursos humanos de la Policía, sin descuidar el equipamiento y la tecnología que son elementos muy necesarios pero absolutamente insuficientes. No se trata de promover el dispendio de recursos públicos, sino de invertir fondos en forma inteligente sobre la base de proyectos evaluados. La propuesta consiste en reformular el presupuesto policial, con la meta de devolver el 8% de participación relativa, más un refuerzo de un 2% para alcanzar el 10% de participación en el presupuesto provincial en el término de 5 años. Lamentablemente en el presupuesto 2014 se perdió un año más para comenzar la recuperación de recursos para la seguridad pública.
Policía al servicio de la comunidad: Hay territorios donde los problemas de criminalidad y violencia se concentran, por ejemplo el microcentro de Resistencia, donde generalmente se afectan la mayor cantidad recursos para la seguridad preventiva. Pero en otros espacios las intervenciones son mínimas y esporádicas: barrios alejados del centro en ciudades, algunas localidades o zonas suburbanas y rurales sufren desprotección y ausencia de la vigilancia policial. Como contracara, se observa un dispendio de recursos humanos y materiales para proteger edificios públicos y neutralizar piquetes. La desprotección es el mayor costo social de este tipo de medidas. Se desafectan recursos policiales del servicio de seguridad preventiva en la población para cubrir objetivos fijos. Esto confirma que la policía está más al servicio de los gobiernos de turno, y no de la comunidad. Las máximas prioridades de la policía son la actividad de auxiliar de la justicia, y, el control de la protesta social y el “policiamiento” de edificios públicos. El colectivo social termina pagando los costos, porque no tiene un patrón definido de representación frente a la puja por el uso de recursos de los poderes ejecutivo y judicial. Los ciudadanos organizadamente tenemos que exigir que la Policía vuelva a estar al servicio de la comunidad.
Respetar los derechos de los trabajadores policiales y penitenciarios: No respetar los derechos del personal policial ha sido una constante en las últimas dos décadas. La comunidad reclama, con justa razón, que el servicio de seguridad pública responda a las demandas de protección y seguridad preventiva. Pero al mismo tiempo no se puede exigir eficacia y eficiencia al policía bajo condiciones de precarización laboral, con salarios de pobreza e indigencia. Es una deuda de la dirigencia en general debatir sobre las condiciones laborales y la política salarial del personal policial y penitenciario, incluyendo el derecho a la sindicalización. Sin embargo se elude tratarlos en el marco de las políticas públicas de seguridad. Parte de la solución de la inseguridad también pasa por el respeto de los derechos del personal de seguridad.
Programas de fortalecimiento del sistema penal: Se requiere de un mayor presupuesto también para dotar de nuevas estructuras a la policía judicial, como la creación de los cuerpos de investigaciones judiciales, de detectives y de sumariantes judiciales, que junto a centros de recepción de denuncias y al cuerpo forense en funcionamiento -Gabinete Científico e Instituto de Medicina y Ciencias Forenses- mejorarán el esquema operativo de la policía judicial chaqueña. De esta forma se podría desafectar a la policía administrativa de la función judicial y se liberarían recursos para dedicarlos exclusivamente a la seguridad preventiva. El patronato de liberados (ley 1064/71) tiene un rol significativo en el seguimiento de cargas y obligaciones impuestas judicialmente a las personas liberadas de las cárceles, procurando su integración e inclusión familiar, laboral y social, sobre todo de aquellos que se encuentran en estado de vulnerabilidad, lo que contribuye a la seguridad pública mediante la prevención y la disminución de la criminalidad y la reincidencia. Es también muy importante modernizar y reforzar su funcionamiento.
Programas de prevención primaria del delito: La prevención social actúa para contener factores de riesgo o promover factores de protección que eviten la delincuencia y la violencia, por ejemplo a través de programas de prevención de la violencia intrafamiliar, de la violencia de género, de protección de los derechos de los niños, de promoción del empleo o primer empleo, y la generación de oportunidades para los jóvenes. Para el desarrollo de estos programas se requiere diseñarlos, aprobarlos y dotarlos del correspondiente presupuesto. Las políticas públicas de seguridad implementadas en el Chaco carecen de un enfoque de estas características, cuando nuestra provincia, desde un punto de vista social, se caracteriza por un marcado aumento de la desigualdad social, deterioro de las condiciones de vida, desarrollo de nuevas formas de inseguridad derivadas de una criminalidad emergente y cada vez más compleja. Experiencias exitosas en otras latitudes se basan en la necesidad de asumir perspectivas más integrales que combinen prevención primaria y secundaria, y políticas de control y reducción de la demanda en la lucha contra el delito. Es importante lograr soluciones de largo plazo a través de la prevención social que reduzca efectivamente los niveles de inseguridad y violencia delictual.
Optimización de la tasa de policías: Determinar el tamaño ideal de la Policía, y abstraer con precisión el número de policías que se dedican a la seguridad preventiva, no son tareas fáciles. Los aumentos en la cantidad de policías con relación al nivel de delitos son más o menos consistentes: a más policías, menos delitos (función inversa). El delito cero no existe porque si se aumentan cada vez más la cantidad de policías se llega un punto donde el costo de tener más policías, tanto en términos presupuestarios como de libertades públicas, es mayor al beneficio obtenido por una reducción del delito, y también porque hay delitos imposibles de prevenir. La tasa de policías es un indicador que mide la relación entre el número de policías y el número de habitantes, en tanto por mil. La relación técnica óptima para una Policía dedicada a la seguridad preventiva exclusivamente, sería una tasa de policías cercana al 6 por mil. El Chaco está bastante lejos de una relación técnica aceptable: aproximadamente 5,4 policías por cada 1.000 habitantes. Teniendo en cuenta que la Policía cumple múltiples funciones: seguridad preventiva y seguridad compleja, función judicial, custodia de detenidos en unidades policiales, bomberos, control del tránsito y seguridad vial, trámites administrativos de atención al ciudadano, notificaciones varias y otros servicios, la tasa ajustada no debería entonces ser inferior al 8 por mil aproximadamente. Para llegar a esto se requiere de un mayor presupuesto en la finalidad seguridad pública. Pero no es un tema exclusivamente cuantitativo. Son muy importantes la calidad y la eficiencia del recurso humano, desde la selección y formación de los cuadros, la capacitación permanente en servicio, el entrenamiento en destrezas y uso del equipamiento policial.
Algunas de estas propuestas pueden servir como disparadores para el diseño y ejecución de políticas públicas de seguridad, con el fin de luchar contra la inseguridad y la violencia delictual. Estamos frente a un problema global, sistémico y complejo, muy poco estudiado, donde existen escasos aportes del mundo académico. Hay muy pocos especialistas dispuestos a tratar el tema con rigor científico y técnico desde una perspectiva dogmática, y también con cierto pragmatismo fundado en la vivencia empírica.
Los gobiernos delegaron y se desentendieron por mucho tiempo de la seguridad pública en nuestro país, dejándola en manos de las organizaciones policiales. No existe ni existió autogobierno policial como se señala desde algunos sectores, sino un desgobierno de la cuestión criminal, porque la inseguridad no era un problema crítico hasta hace una o dos décadas atrás. Se necesita mucho estudio y trabajo, además de la asignación de recursos suficientes para llegar a las soluciones que sin dudas existen.
Livio T. Fernández
Contador Público
Policías Autoconvocados
Vecinos Autoconvocados
liviofernandez@arnet.com.ar

jueves, 27 de marzo de 2014

SIGUEN CON PARCHES Y SIN PROYECTOS CLAROS!

Lanzan un comando de patrullas

El ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, presentó ayer el Comando de Patrullas Comunitarias (CPC) junto a una decena de intendentes del Gran Buenos Aires. Prometen mayor presencia policial en las calles.
En un comunicado, el Ministerio de Seguridad explicó que, para su implementación, se redistribuirán policías en 12 municipios en esta primera etapa. Estos llevarán adelante tareas preventivas sobre 500 zonas de patrullaje las 24 horas, mediante “una articulación entre los intendentes y las autoridades” de la cartera.
Los distritos en los que se pone en marcha el CPC son La Plata, La Matanza, Florencio Varela, Lanús, Quilmes, Morón, Moreno, Tres de Febrero, San Martín, Vicente López, San Isidro y General Pueyrredón. Los agentes surgen de la reasignación del personal que realizaba tareas administrativas.

SEGUIMOS CON REUNIONES BARRIALES, LLEVANDO CONTENCION....!

GRACIAS A LA ASOC. CIVIL DEL BARRIO MI ESPERANZA POR LA REUNIÓN
 Y LA CONVOCATORIA!







AGRADECEMOS A WALTER QUE SIEMPRE CONVOCA A SUS VECINOS PARA CHARLAR SOBRE LA INSEGURIDAD REINANTE EN LA ZONA DE VIRREY DEL PINO

SU GENTE QUIERE  CAMBIAR Y PREVENIR  Y A PESAR DE LAS DISTINTAS REUNIONES QUE HAN LLEVADO SIEMPRE ELLOS CON LA ASOC. CIVIL QUE INTEGRAN , HASTA CON EL MINISTRO DE SEGURIDAD, NO PUEDEN CONSEGUIR UN BARRIO MEJOR Y MÁS SEGURO.

NOSOTROS ASISTIMOS INVITADOS Y DECIDIMOS VOLVER CON  AUDIENCIAS CON EL JEFE DEPARTAMENTAL Y CON EL MUNICIPIO , QUE SEREMOS EL CANAL Y EL MEDIO PARA LLEVAR INQUITUDES.
LA MATANZA ARDE Y NO NOS QUEDAN DUDAS!

ALGO MAS PARA ENTENDER EL CRECIMIENTO DE LA DELINCUENCIA!! ....COMO PREVENIR!

La delincuencia en todas sus variantes se ha visto incrementada gradualmente , entendiendo como delincuencia aquellas acciones nocivas que van en detrimento de los elementos que conforman una sociedad, el narcotráfico, el secuestro, los asaltos, los robos, etc.
 Estos son un reflejo de los valores hedonistas que una sociedad refleja a aquellos que ante la necesidad que la sociedad les exige de tener cada vez mas productos de consumo, y ante la imposibilidad de esta de brindar las opciones para que estas necesidades se satisfagan genera un conflicto al interior de la sociedad.
La delincuencia se conoce como el fenómeno de delinquir o cometer actos fuera de los estatutos impuestos por la sociedad, pero es poco lo que sobre las verdaderas causas por las que una persona puede introducirse en este mundo.
Son diversas las causas; pueden ser orgánicos, fisiológicas, patológicas, influencias externas como el medio en el que se desarrollan los primeros años de su vida, la carencia de afecto y atención por parte de los padres o simplemente mala orientación.

I -Delincuencia:
Correr riesgos a veces se manifiesta en una conducta delincuente. Los actos delictivos varían en gravedad desde los hurtos y el vandalismo hasta el asalto, la violación y el asesinato. Las personas de 16 y 18 años que incurren en actos criminales son llamadas delincuentes juveniles (la edad tope varía según el país y la naturaleza del delito). En Estados Unidos, aún cuando los menores de 18 años sólo conforman el 38% de la población, cometen más de los crímenes graves.
En algún punto de su vida, muchos adolescentes- sino la mayoría- incurren en alguna clase de conducta que puede ser llamada delictiva. Por ejemplo, los hurtos son muy comunes, lo mismo que ciertos actos menores de vandalismo- el daño a la propiedad ajena por el mero placer de destruir-. Catalogar a los individuos de delincuentes dependen de si han sido arrestados y con que frecuencia. Hasta cierto grado, también depende de la raza, la posición socioeconómica y la composición de la familia.
Estadísticamente, los índices de delincuencia son mayores en las áreas urbanas pobres (lo que en parte se debe a la tendencia de la policía a efectuar más detenciones en estas zonas). La delincuencia es más probable entre los grupos étnicos de otras culturas o zonas rurales recién asimilados a la vida urbana. Los hombres jóvenes hijos de madres solteras son en especial proclives a las conductas delictivas, y esto es cierto tanto para los niveles socioeconómicos bajo como para los altos. La responsabilidad de este hecho no recae sólo en la ausencia de un modelo masculino, porque la presencia de un padrastro no parece mejorar la situación; el muchacho que tiene un padrastro se mete en tantos líos como el que vive con su madre sola.
Sociólogos y psicólogos explican la conducta delictiva en diferentes formas. Las teorías y estadísticas sociológicas vinculan la delincuencia a los factores ambientales, pero no dan cuenta de los componentes psicológicos. Las teorías psicológicas sostienen que los puros factores del medio no revelan por qué la gente comete delitos. Las personas no son delincuentes por ser pobres o habitar en las ciudades; lo son tal vez porque han sido de continuo incapaces o no están dispuestas a adaptarse a la sociedad, a desarrollar un adecuado control de los impulsos a encontrar válvulas para la ira y la frustración. Es probable que la distinción entre las causas sociales psicológicas de la delincuencia sea artificial.
Como hemos visto, a menudo los factores sociológicos tienen secuelas psicológicas y viceversa. El influjo social del hacinamiento, la movilidad, los rápidos cambios y la despersonalización contribuyen a los problemas emocionales. Al igual que otras pautas, la delincuencia es una forma de adaptación a las realidades sociales y psicológicas de la adolescencia, una adaptación extrema a lo que la sociedad desaprueba. La delincuencia satisface ciertas necesidades de autoestima, y brinda la aceptación del grupo de camaradas y una sensación de autonomía. Para algunos delincuentes juveniles, el escalofrió de las conductas arriesgadas es un elemento irresistible. Además de estos factores, la investigación ha implicado a los medios de comunicación en el desarrollo de comportamientos delictivos entre adolescentes vulnerable. Por ejemplo, las películas pueden afectar a los adolescentes perturbados mediante los procesos de aprendizaje social. La identificación del muchacho con los personajes de un filme de violencia puede llevar a conductas imitativas, incluyendo actos de agresividad. La formulación de valores personales en medio de elecciones en conflicto a menudo coloca a los adolescentes bajo tremendas presiones, que a veces llevan a la depresión y otras respuestas de estrés.
II -Individuos con Tendencias Delictivas:
El comportamiento delictivo comienza a menudo en los primeros años de la adolescencia con pequeños hurtos y asaltos. En gran medida, esta delincuencia es de carácter ocasional, es decir, que rara vez es premeditada y que puede surgir del deseo de divertirse con los amigos. La mayoría de los jóvenes no pasa de ahí, pero algunos van más allá y cometen delitos más graves. Del porcentaje relativamente numeroso de los delincuentes ocasionales se destaca el porcentaje reducido de los que serán reincidentes. Estos a menudo han pertenecido a bandas y, a través de un proceso de socialización, se han habituado a un modo de vida criminal.
Un grupo muy reducido de delincuentes es responsable de una gran parte de delitos. Esto es así, especialmente, en delitos tales como las violencias y robos con fuerza en las cosas en los que se distingue un núcleo de reincidentes múltiples cuyas actividades delictivas no guardan proporción con el número de individuos que los componen. Los delincuentes que pertenecen a esta categoría son en general bien conocidos por los servicios sociales y las fuerzas del orden desde su primera infancia. La manera más eficaz de prevenir el gran número de delitos cometidos por estas personas es impedir que este tipo de delincuencia consiga adeptos.
Cuanto más se permita perpetuar este tipo de conductas delictivas, más difícil será frenarlas mediante medidas sociales o de intervención con fines preventivos. Por ello, resulta decisivo impedir lo antes posible que los niños y adolescentes se dejen atraer por la delincuencia grave. Para impedir que las normas de las bandas sustituyan a las de la sociedad es importante romper esas bandas tan pronto como sea posible. La sociedad debe reaccionar contra estas conductas erróneas en una fase precoz.
III -Causas de la Delincuencia:
La delincuencia forma parte integrante de nuestra sociedad y la mayor parte de los delincuentes se comportan en lo esencial como el resto de la población. Una consecuencia de esto es que la forma que adopte la existencia cotidiana -es decir, la sociedad en que vivimos todos nosotros, criminales o no- será la que más influya en el desarrollo y pautas de la delincuencia. La tarea de la lucha preventiva contra las causas y las condiciones de la delincuencia y de los comportamientos socialmente indeseables compete a todas las instituciones sociales
La amplitud y la distribución de la delincuencia en una zona dependen en gran medida del tipo de personas que residen o la frecuentan; lo que podríamos denominar genéricamente "usuarios". En un medio rural, las personas que frecuentan una zona son a menudo las mismas que la habitan, pero en un medio urbano el número de personas que frecuentan una zona es mucho mayor que el número de habitantes. Por "usuarios" se entiende, pues, además de los habitantes, a las personas que trabajan en una ciudad sin residir en ella. A esas personas hay que añadir en tanto que personas que frecuentan una zona, a los turistas nacionales y extranjeros, así como a los "amantes de las distracciones", es decir, quienes se desplazan desde zonas periféricas de la ciudad en busca de distracción.
Las explicaciones relativas a las causas de la delincuencia buscan su origen en teorías que se basan en el individuo, en las circunstancias que le rodean, o en una combinación de ambos tipos de elementos. Sin embargo, las diferencias de orden cultural no son suficientemente importantes para poder esperar que las causas "individuales" varíen en gran medida.
Aunque en criminología existen diversas teorías, el enfoque que se ha dado en llamar teoría de la actividad rutinaria, afirma que son tres los elementos que influyen en la génesis del acto delictivo:
  • Un individuo con tendencias delictivas.
  • Objetos interesantes para un acto delictivo,
  • Ausencia de protección suficiente.
El acto criminal se produce cuando un individuo inclinado a la delincuencia entra en contacto con un objeto interesante para un acto delictivo que carece de la protección suficiente.
Prevenir la delincuencia implica actuar sobre cualquiera de los elementos mencionados. Una prevención eficaz de la delincuencia no supone que se pueda o que se deba eliminar la totalidad de dichos elementos.
El volumen y la forma que adopta la delincuencia vienen dados por la estructura de la población. Los grupos presentes en determinadas zonas serán más propensos a la delincuencia, mientras que en otras otros grupos tenderán a denunciar los delitos o estarán expuestos en mayor grado a convertirse en víctimas de la delincuencia.
IV -Medidas Preventivas:
¿Por qué prevenir? Es importante responder a esta pregunta por muchos motivos. A continuación figuran algunas de las razones por las que conviene elegir la prevención como herramienta básica para la reducción sostenida de la delincuencia, la violencia y la inseguridad:
  • La aplicación de criterios preventivos requiere un riguroso análisis de las causas de la delincuencia y la violencia y la aplicación de una serie de medidas muy eficaces para reducir a corto y largo plazo la cantidad de víctimas y delincuentes. Esas medidas son, entre otras:
  • Un diseño urbano más seguro (espacios públicos y sistemas de transporte público);
  • El apoyo a los niños, los jóvenes y las familias vulnerables;
  • El fomento de la responsabilidad y la creación de conciencia de la comunidad;
  • La capacitación y creación de empleos para los jóvenes de las zonas pobres;
  • La prestación de servicios de proximidad, especialmente de policía y de justicia;
  • La reinserción social de los delincuentes jóvenes;
  • La asistencia a las víctimas de delitos
  • Los criterios preventivos alientan la aplicación de medidas multisectoriales y concertadas en las que participan las municipalidades, la policía, el sistema de justicia, los servicios sociales y de salud, los servicios de vivienda, el sector privado y las organizaciones comunitarias, etc.
  • Los resultados de los estudios longitudinales que se llevaron a cabo con grupos de control durante muchos años coinciden en los importantes beneficios derivados de la aplicación de criterios preventivos.
  • Los beneficios económicos derivados de la aplicación de medidas de prevención del delito, comparados a los de las respuestas tradicionales, basadas en la aplicación de la ley y el encarcelamiento. En algunos casos, los análisis en que se comparan estas dos respuestas muestran una proporción de 1 a 6 a favor de la prevención del delito.
  • Los costos astronómicos que acarrean el delito y la violencia para los países, las ciudades y la población. Según el Informe de Desarrollo Humano de 1994 publicado por las Naciones Unidas, estos costos aproximan los 425.000 millones de dólares en los Estados Unidos, es decir 4.000 dólares por familia por año. Los costos incluyen los servicios de policía y las cárceles y los costos derivados de las muertes y traumatismos, el deterioro económico y los daños a la propiedad.
La prevención promueve la solidaridad, la participación de los ciudadanos y las prácticas de buena administración pública. Fortalece las instituciones democráticas y fomenta una mayor responsabilidad de los servicios públicos antes los beneficiarios, incluidos la policía y los sistemas de justicia.

martes, 25 de marzo de 2014

charlas que nos deben....aun...( municipio ausente...)

La inseguridad sin solución

La inseguridad siempre es un tema muy sensible tanto en términos individuales como familiares y colectivos.
Frente a este tema,  no se lo puede abordar disimulando coyunturas como cuando se argumenta “que de acuerdo a las estadísticas el delito ha disminuido”.

Un error conceptual que no permite tener un parámetro valedero para medir la realidad de todos los días. En todo caso, habría que cuestionar por qué la gente no realiza las denuncias y ahí la respuesta ubica al Estado como falta de respuesta y a la ciudadanía en un hartazgo por la falta de confianza.
Por otro lado, la inseguridad también debe ser abordada con sus consecuencias sociales, legislativas, policiales, judiciales, penitenciarias y claro está, políticas.
Es cierto que el tema de la inseguridad  no es novedoso. Pero hay que reconocer que de manera recurrente, de forma periódica, diaria, la realidad delictiva siempre se presenta como una preocupación y un problema que por el momento no encuentra solución acorde a la magnitud de los daños causados. 
Quedó demostrado también que fue un error político importante el argumento de las autoridades municipales que durante estos años no se involucraron con el tema seguridad, porque sostenían que era una cuestión de la Provincia. 
Los Municipios tienen mucho que aportar y lo peor que pueden hacer es sostener que como la Provincia es la responsable, entonces no requieren de otros aportes.

Ya sea porque la realidad delictiva a nivel local desborda a la policía, ya sea por la omisión funcional del Estado en su conjunto (con los tres Poderes), lo concreto es que en materia colectiva además de inseguridad se siente que hay un tejido social que se vulnera constantemente. Y para quienes sostienen que se trata de una sensación, hay que responderle que esa sensación no es artificial porque se mensura en las consecuencias reales que afecta a todos los vecinos.
No es casual que ante la inseguridad y la falta de respuesta, los vecinos busquen refugiarse conteniéndose entre ellos, organizándose en el barrio, invirtiendo en seguridad e incluso en otros casos tomando decisiones y acciones preventivas ante la falta de respuestas y así buscan mecanismos para protegerse entre ellos. O la marcha, la movilización, para que las autoridades sepan que en esta materia son más las respuestas que adeudan que las que han dado. Esto es un reflejo concreto de que las actuales políticas de seguridad están fracasando. Y están fracasando a pesar de que el Estado posee herramientas de control necesarias y suficientes, pero no se aplican como corresponde.
Junto a la inseguridad también crece el concepto de que la impunidad tiene un amplio margen, lo que a su vez desalienta la denuncia. 
El problema no es ese, sino político y comprende más al ministro de Gobierno e incluso al intendente que debe gestionar para que esas respuestas lleguen a la ciudad.

El miedo es el peor rostro de la inseguridad… y es la clara expresión de que se está por caminos equivocados para prevenirla.
Lo otro que es necesario plantear es que no se entiende por qué las autoridades políticas provinciales y locales no atienden esta problemática con el concurso de distintos actores sociales, unidos, permitiendo que todos puedan aportar para tener una mayor y mejor seguridad. Los vecinos y comerciantes se ofrecen de manera permanente para colaborar, es otro error no abrir la participación en materia de prevención.

CO.SE.MA, a realizado conversaciones con jefes departamentales y distritales, con ministerio de Seguridad pero aun estamos esperando que el municipio, nos de la audiencia que solicitamos..... porque será que no nos  llaman?...