viernes, 18 de julio de 2014

Si hay pobreza, que no se note


Inmerso en un relato donde la culpa siempre es del otro, los desmanes del Obelisco fueron inflados por la oposición y Boudou y Milani son dos pobres funcionarios víctimas de operaciones mediáticas sin control, el Gobierno juega otra vez a minimizar la crisis social mientras apuesta todo a contar las supuestas bondades del sistema.
Pero si al discurso se lo puede acomodar, a los números no: son lo que son y reflejan lo que reflejan, le guste o no al oficialismo. Y más allá del mal chiste de todos los meses, ese de la inflación amañanada, los indicadores sociales se siguen desmoronando.
Uno de los principales números que el Gobierno prefiere no ver es que casi el 40 por ciento de los hogares del país no logra cubrir sus consumos básicos, pasando de un ya alto 33,4% en 2010 al 39,2% en 2013. O sea que en los últimos tres años en vez de disminuir aumentó, y significativamente, la cantidad de personas con menos ingresos que los necesarios.
Pero además tampoco le interesa saber que hay 11 millones de personas por debajo de la línea de pobreza, con un ingreso familiar (dos adultos y dos niños) de menos de 4.100 pesos. Mejor, sostiene el Gobierno, es contar que en tiempos del Mundial en la Argentina todo funciona tan bien que miles de personas fueron a Brasil a ver jugar a la Selección.
Que la situación se está agravando lo muestra a la perfección otro número “maldito”: en los tres primeros meses del año se cerraron más de 300.000 cuentas sueldo, síntoma despiadado de la fuerte caída del empleo como consecuencia de la recesión de la economía.
Como contrapartida el Gobierno también tiene números propios para mostrar, números que reflejan sus prioridades. El más importante es el del tremendo aumento del déficit fiscal, o sea cuánto gasta de más por encima del presupuesto que él mismo había hecho aprobar, claro. Y el aumento del rojo por el gasto sin control no parece tener techo: llegó a más de 20.000 millones de pesos en los cinco primeros meses del año, más del doble de que en el mismo lapso de 2013.
Claro que teniendo los datos de la pobreza uno podría suponer que el déficit creció por la suba de la ayuda social. Pero no: uno de los mayores aumentos fue en los fondos que se mandaron a las empresas públicas, que pasaron de $ 2.500 millones en 2013 a $ 8.150 millones en lo que va del año, sólo para cubrir el déficit que provocan sus desmanejos.
Pero al kirchnerismo le preocupan mucho más otras cosas. Y mientras Ricardo Forster asume su singular Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional reconociendo que su prioridad será defender al Gobierno, el oficialismo incrementó 32% el presupuesto para la publicidad oficial. Es que las prioridades están bien claras: no importa el costo, lo importante es sostener a toda costa el relato.

http://www.clarin.com/opinion/pobreza-note_0_1177082357.html

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