miércoles, 1 de enero de 2014

ARGENTINA LIDERA EL RANKING DE PAÍSES CON MAS ROBOS EN AMERICA LATINA!!!

La inseguridad ciudadana y nuestro liderazgo en robos

El delito es un reto compartido y un obstáculo para el desarrollo social y económico en todos los países de América Latina según el informe del Programa de Desarrollo de la ONU (PNUD), que recomienda políticas orientadas hacia la mejora de la calidad de vida de la población, con prevención del delito y la violencia por medio de un crecimiento incluyente, instituciones de seguridad y justicia eficaces, además de medidas para estimular la convivencia social.
Según el estudio del PNUD, difundido en las últimas horas, Argentina lidera el ranking de países con más robos de América Latina, con una tasa de 973 hechos delictivos de esta naturaleza cada 100.000 habitantes, mientras que lo siguen México con 688, Brasil (572) y Uruguay (456).
El informe alerta además que seis de cada 10 de los robos ?se cometen con violencia. Los estados latinoamericanos no han estado a la altura del desafío de la inseguridad: la corrupción y la impunidad, así como la falta de proporcionalidad en las sanciones, han mermado su efectividad y legitimidad, advierte el informe.
El estudio incluyó a 18 países: Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Venezuela, Bolivia, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Perú y Uruguay.
Con 285 páginas y titulado “Seguridad ciudadana con rostro humano”, el documento sitúa a América Latina como la región más insegura del mundo, con una tasa de 100.000 asesinatos en los últimos años, llegando a superar un millón de asesinatos entre 2000-2010.
Si bien el índice de homicidios se ha estabilizado e incluso ha disminuido en algunos países, todavía es alto: en 11 de los 18 países, la tasa es mayor a los 10 asesinatos por cada 100.000 habitantes, nivel considerado epidémico.
Honduras y México son los países con mayores tasas en ese sangriento rubro, con un aumento del 11 por ciento en el índice de asesinatos en la década que va entre 2000 y 2010. El informe no abarca lo sucedido en los últimos tres años.
Pese a las mejoras sociales, la región sigue siendo la más desigual y la más insegura del mundo. En todos los países analizados, la percepción de seguridad se ha deteriorado y el robo se ha triplicado en los últimos 25 años, convirtiéndose en el delito que más afecta a los latinoamericanos.
El estudio identifica seis amenazas. Enumera, así, el delito callejero; la violencia y el delito ejercido en contra y por los jóvenes; la violencia de género; la violencia por parte de actores estatales y la delincuencia organizada. En nuestro país, en sólo dos años, se produjo un incremento exponencial de este tipo de delitos. Los últimos indicadores muestran casi 9000 asaltos agravados más que en 2011.
La situación no escapa, para nada, a lo que ocurre en nuestra provincia que, en reiteradas oportunidades, ha despertado con noticias que muchas veces dejan perplejos a propios y extraños.
Crónicas, donde cada vez se le encuentra menos explicación a lo ocurrido, ya sea por la forma en que se dieron los hechos o, fundamentalmente, por la edad y violencia que demostraban quienes materializaron el delito, pese a que la gente cada vez denuncia menos porque percibe que la impunidad y la fala de justicia son la constante.
Aunque es unánime la opinión y la convicción de que una mayor presencia policial en las calles ayudará a prevenir muchos de los delitos que actualmente se producen, no es menor la convicción en la población de que la solución a la falta de seguridad -surgida como contracara del auge del delito- está lejos de ser una solución de tipo policial principalmente. La situación es muy preocupante.
La facilidad con la que los delincuentes se hacen de un arma torna cada vez más difícil el panorama. Y si a esto le sumamos que muchas veces estos malhechores están bajo el efecto de algún tipo de estupefaciente que les impide percatarse de lo que implica matar una persona, estamos ante un flagelo sin control.

Sin embargo, buena parte de la dirigencia política parece aún ajena a esta realidad que crece vertiginosamente. Como sociedad, no le estamos exigiendo debidamente al poder político que asuma una posición clara y comprometida para erradicar este terrible flagelo que va desde el delito callejero hasta el crimen organizado en el que el narcotráfico adquirió un protagonismo preocupante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario