viernes, 6 de diciembre de 2013

PEDIDO QUE LLEVAMOS A CABO ALLA POR EL 2010????

A LA FECHA, NO SE HA SOLUCIONADO NADA DE LO EXPUESTO Y DENUNCIADO, AL CONTRARIO, TODO SIGUE IGUAL O PEOR.... A QUIEN CULPAMOS???..... PUES CREO QUE MUCHO AHORA TIENE QUE VER EL SR.  FEITY... ESPEREMOS QUE DESARROLLE ALGUNA ESTRATEGIA PARA EL CAOS QUE SIGNIFICA QUE CADA UNO TOME LAS VEREDAS Y HAGA LO QUE SE LE ANTOJE !!!



GRACIAS PERIÓDICO UNO!!!



MUCHOS NEGOCIOS SE APODERAN DEL ESPACIO PÚBLICO Y DIFICULTAN EL PASO DEL PEATÓN
La usurpación de veredas es cada vez más habitual en centros comerciales
Las concesionarias las utilizan para estacionar sus autos, los bares las invaden con sillas y mesas y algunos locales las llenan de productos para la venta. Los vecinos se quejan y exigen mayor intervención municipal.


Por Emiliano Suárez

En algunos corredores comerciales de La Matanza, cada vez, es más difícil caminar con comodidad por las veredas. Una de las infracciones más frecuentes, sobre todo en el centro de Ramos Mejía, ocurre con los bares y restaurantes que se exceden en la cantidad de mesas y sillas que despliegan en la vía pública e impiden el correcto paso de los peatones.

Ante la vista de todos, algunos comercios se apoderan de las aceras de uno de los sitios más concurridos del Distrito para poder contar con un mayor número de ubicaciones para sus clientes.

Así, son muchos los que eluden la ordenanza municipal Nº 14.628 que indica que, en el caso de ocupar la vía pública, este tipo de comercio debe dejar un espacio libre mínimo de 1,50 metros desde la línea municipal y hacia la calzada.

La misma legislación exige que, en las aceras de tres o cuatro metros, como las de Avenida de Mayo, se puede colocar solo una hilera de mesas, con un máximo de cuatro sillas cada una y, únicamente, se podrá aumentar la cantidad en un 50 por ciento durante los días feriados y vísperas de feriados.

Pese a ello, “hay veredas que no pertenecen más al vecino y que se transformaron en una prolongación del comercio, en las que ponen muchas más sillas de las que podría haber y en las que la gente tiene que bajar a la calle para poder caminar”, denunció el referente de los vecinos autoconvocados de Ramos Mejía, Miguel Presa, quien ya elevó múltiples reclamos ante la Municipalidad por esta problemática.

Según enfatizó, en la localidad, “se vive una falta de control total, y todos hacen lo que quieren. Las autoridades saben lo que está pasando y no hacen nada; eso te da a entender que hay connivencia”, manifestó.

También, es muy común la colocación de cerramientos vinílicos, que deben ser móviles y traslúcidos, y deben dejar un corredor de 1,50 metros entre la línea municipal y el comienzo de este. E, incluso, 50 centímetros hacia el cordón. No está permitida su colocación en las esquinas, dentro del área que forman las líneas imaginarias que dibujan las ochavas.

El problema de los autos
Minadas de concesionarias de automóviles, las principales avenidas de la localidad de Lomas del Mirador deben convivir con el escaso espacio que dejan estos locales al exponer sus vehículos sobre las veredas.

Algunas, incluso, estacionan los coches de modo perpendicular a la línea municipal y liberan, tan solo, un diminuto sendero para que los peatones puedan caminar.

Lo que sucede es que, por lo general, los locales de venta no tienen las dimensiones suficientes para albergar a la cantidad de autos que ofrecen. “De modo que se ahorran dinero en el alquiler de uno de mayores dimensiones y, en cambio, se apoderan del espacio público como si fuera propio”, denunció Marta Rodríguez, integrante de la Comisión de Seguridad de La Matanza (COSEMA).

De hecho, algunas contratan vigiladores para cuidar los autos que quedan en la calle durante la noche o alquilan cocheras privadas en donde los resguardan.

Según contó Rodríguez, su institución mantuvo reuniones con el secretario de Control Comunal de la Municipalidad, quien “, el año pasado, nos dijo que iba a clausurar a todas las concesionarias que estuvieran en contravención”. Pero, “hasta el momento, no sucedió”, remarcó. Y agregó: “Tenemos una carpeta frondosa de denuncias, porque este reclamo lo llevamos adelante desde 2008”.

La preocupación de COSEMA aumentó cuando “una vecina se quebró la cadera cuando iba con su carrito de compras y se engancho con un auto de la concesionaria de Temple y Mosconi”, relató Rodríguez. “Nadie se hizo cargo: ni la concesionaria ni el Municipio”, lamentó.

El centro de Laferrere, un caos
El crecimiento desmesurado y desordenado que experimentó el centro comercial de Gregorio de Laferrere durante los últimos años generó, como consecuencia, una falta de respeto hacia las normas, por parte de algunos negocios de la Avenida Luro.

Estos tomaron por costumbre el hecho de colocar sus productos sobre las veredas, incluso de modo colgante sobre los tinglados, y convirtieron a la arteria principal de la localidad en una especie de túnel invadido por cajas de zapatillas, estanterías con indumentaria y mesitas con artículos para el hogar.

Esa postal, muy similar a la de una feria de barrio, “es un tema que preocupa” al Centro de Comerciantes de Gregorio de Laferrere que, próximamente, elevará un proyecto al Municipio para poner en valor la zona. “Queremos dejar libres todas las veredas, mejorar la iluminación y colocar un techo de policarbonato para que el cliente pueda caminar”, anticipó Claudio Pugliese, su titular.

En cualquiera de los casos, el punto fundamental es el control que, en este caso debería aplicar la Municipalidad y realizar operativos en busca de estas faltas, en lugar de actuar solo a partir de las denuncias que se reciben.

Sin respeto por las personas ciegas
La ocupación ilegal de las veredas es una problemática que sufren, a diario, las personas con discapacidad visual. Desde la Escuela de Educación Especial Nº 512 para chicos ciegos, de San Justo, se quejaron del “abuso con respecto al uso del espacio público” y reclamaron por “una toma de conciencia para saber que los distintos obstáculos dificultan la movilidad independiente de una persona”.

“Quien ocupa las veredas, piensa en sí mismo y no en el otro. El que pone un cartel en la vereda no se pone en el lugar de las personas con discapacidad, sino que, únicamente, está pensando en la publicidad para su comercio”, expresó Silvia Soto, vicedirectora de la institución que reúne a más de 200 alumnos de distintas localidades de todo el Distrito.

Tal cual relató la docente, los estudiantes manifiestan, permanentemente, su enojo por los vehículos que estacionan en las veredas y que no pueden detectar, así como las verdulerías que sacan los cajones fuera de los locales; principalmente, en el centro comercial de San Justo.

“Va más allá de lo que haga la Municipalidad. Hay que trabajar con la conciencia de la gente y saber que lo que cada uno hace, puede perjudicar, directamente, a otra persona”, agregó.

Pese a las promesas de clausura, todo sigue igual
En octubre del año pasado, Alberto Olmos, el secretario de Control Comunal del Distrito -la dependencia municipal encargada de fiscalizar el proceder de los comercios- dialogó conEl1 y reconoció que las agencias de venta de automóviles que exhiben sus coches en las veredas de Lomas del Mirador “están violando una normativa” que “perjudica a los peatones”.

Por tal motivo, en aquel entonces, prometió que si esa situación no se empezaba a cumplir a principios de noviembre de 2010, la Municipalidad aplicaría la legislación que impide la usurpación del espacio público “a rajatabla”. “Se harían infracciones permanentes, secuestro de los vehículos y, hasta, clausura de los locales”, advirtió Olmos.

Pese a las palabras del funcionario, ocho meses después, los vecinos de la localidad aseguran “que nada ha cambiado”, que las promesas de Olmos no se cumplieron y que los agencieros continúan utilizando las aceras para uso comercial.

Al cierre de esta edición, desde la oficina de Olmos no habían respondido las solicitudes de entrevista que este medio realizó en la propia dependencia.

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