jueves, 15 de agosto de 2013

los vecinos piden Seguridad y saben como...

Inseguridad y violencia
Los organismos encargados de aplicar la ley e impartir justicia suelen mostrarse excesivamente veloces a la hora de eximir de la cárcel incluso a quienes han reincidido o que fueron capturados en flagrante delito. Es preciso considerar que de los asaltos de poca monta, como los que ejecutan los “motobandis”, un alto porcentaje de sus autores pasará por lógica a la comisión de delitos de mayor gravedad.
Además del empleo y la educación, uno de los reclamos más insistentes y frecuentes de la ciudadanía hacia las autoridades tiene que ver con la inseguridad.
Hace apenas unos días se produjo una balacera entre hinchas de fútbol nada menos que dentro de una unidad del transporte público. El saldo del intercambio de disparos fue un joven muerto y otro herido en el cuello. Esto ocurrió el sábado por la noche, en un horario en el que había muchas personas en el vehículo y en la vía pública, al término de un encuentro deportivo.
Este hecho puntual forma parte de un fenómeno de enorme complejidad: la aparición de bandas delictivas y de traficantes de drogas que se disfrazan de hinchas de fútbol. Esta es tan solo una de las caras de la inseguridad y la violencia que parecen haberse apoderado de las calles, barrios y ciudades de nuestro país. Los llamados “motobandis” constituyen otra faceta de esta misma problemática, lo mismo que los asaltantes domiciliarios.
La responsabilidad por esta situación la tiene no solamente la Policía, sino también el sistema judicial vigente en nuestro país, que permite que delincuentes con una gran cantidad de antecedentes penales puedan obtener su libertad en el corto plazo. Los organismos encargados de aplicar la ley e impartir justicia suelen mostrarse excesivamente veloces a la hora de eximir de la cárcel incluso a quienes han reincidido o que fueron capturados en flagrante delito. Es preciso considerar que de los asaltos de poca monta, como los que ejecutan los “motobandis”, un alto porcentaje de sus autores pasará por lógica a la comisión de delitos de mayor gravedad. Es solo una cuestión de tiempo. Pero si el aparato judicial registra falencias, la Policía no se queda atrás.
Muchos dicen que La Policía es una máquina de recaudar, no lo que debiera ser: la orgullosa institución protectora de la ciudadanía y defensora del orden y la ley. Para comprobar esta afirmación basta observar el tren de vida que llevan algunos comisarios y subcomisarios, quienes exhiben a la vista de todos lujosas mansiones y costosos vehículos cuyos precios sobrepasan largamente sus posibilidades salariales.
Para quienes se encuentran al frente de la Policía el desafío es cada día el mismo: depurar los cuadros de la institución de los elementos indeseables, mejorar sustancialmente la formación de los agentes y construir a mediano plazo una policía científica –de investigación y de prevención– que aproveche en su labor cotidiana los últimos adelantos tecnológicos. Para conseguir una renovación ética en la Policía no solo es preciso combatir frontal y firmemente la corrupción, sino también destacar y estimular los buenos ejemplos, aplicando una política de verdadera promoción a los agentes que demuestran profesionalismo, compromiso con su trabajo e integridad moral...
El gobierno del partido que fuere tiene como repsonsabilidad  encarar un profundo saneamiento de las instituciones responsables de combatir el delito y de garantizar la tranquilidad de la población
La gente pide seguridad, pide justicia, basta de drogas , basta de muertes,  ....y debemos, uds señores funcionarios darles los que pide la ciudadania... de lo contrario...tendrán que irse porque los vecinos ya saben que quieren! SEGURIDAD!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario