Los Hombres y La Violencia de Género Hacia las Mujeres
En el caso chileno del estudio IMAGES*, una investigación multipaís sobre masculinidades, encuestamos 1192 hombres de Santiago, Valparaíso y Concepción. Se trató de un muestreo por hogares, representativo de la población de hombres de 18 a 59 años de esas 3 ciudades.
Les hicimos preguntas específicas sobre violencia física, por ejemplo si alguna vez a una pareja: 1. la habían golpeado con el puño o con algo que pudiera lastimarla; 2. la habían pateado, arrastrado por el suelo, dado una paliza, estrangulado o quemado; 3. habían usado (contra ella) o amenazado con usar un arma de fuego, cuchillo, u otra arma; 4. la habían abofeteado o lanzado algo que pudiera lastimarla; la habían empujado.
Revisando datos preliminares encontramos que el 21,1% de los hombres de 18 a 24 años reportó haber ejercido alguna vez algún tipo de violencia física contra una pareja mujer. Este porcentaje aumentó a 31,3% cuando les preguntamos a los hombres de 25 a 59 años.
En el estudio IMAGES hicimos las mismas preguntas a una muestra de mujeres (426 de Santiago) , consultando esta vez por violencia física de género recibida alguna vez. El 25,8 de las mujeres de 18 a 24 años reportó haber sufrido alguna vez violencia física por parte de una pareja hombre. En las edades 25 a 59 años el porcentaje subió a 38,2%.
Las cifras son extraordinariamente preocupantes. Vemos que la violencia de género se presenta tempranamente -ya es muy grave en el segmento 18-24 años- y que es aún más frecuente en edades mayores. Vemos también que las mujeres reportan sufrir más violencia que la que los hombres declaran. Los hombres sí declaran ejercicio de violencia en un estudio de este tipo, aunque habría subreporte.
En el estudio IMAGES preguntamos también a los hombres por exposición a la violencia en el hogar. Encontramos que un 46,1% de los hombres de las 3 grandes ciudades de Chile fue alguna vez golpeado o castigado físicamente por sus padres o adultos en el hogar, un 57% vio o escuchó que su madre fue golpeada por su marido/pareja. Es decir los hombres durante sus biografías han estado muy expuestos a la violencia en el hogar, ya sea como víctimas o como testigos. Sabemos que dicha exposición es un factor de riesgo para el ejercicio de violencia en el futuro.
La violencia fuera del hogar es otro ámbito muy importante. Los hombres están más expuestos -como perpetradores y como víctimas a la violencia en la calle. En este estudio un 19,6% de los encuestados declara haber sido amenazado con un arma y un 14,9 ha sido golpeado en los últimos 3 meses (fuera del hogar).
Otro punto a considerar tiene que ver con la salud mental de los hombres. En el estudio IMAGES encontramos que un 30% de los hombres reportó haberse puesto violento alguna vez después de consumir alcohol. Un 58,1% de los hombres se ha sentido estresado o deprimido por no tener suficientes ingresos. Un 36,7% se sintió (a menudo o algunas veces) estresado y un 18,4% deprimido en el último mes. Análisis preliminares sugieren que a mayor estrés económico (no tener suficiente trabajo o ingresos) mayor riesgo de ejercer violencia hacia la pareja.
Como vemos, la violencia basada en género es un fenómeno complejo. Se relaciona con otras violencias que cruzan las relaciones sociales en nuestra sociedad y con otros problemas sociales.
La prevención de la violencia hacia las mujeres precisa de otras estrategias que aborden los fenómenos relacionados como la exposición de la violencia en el hogar -que sufren niñas y niños, adolescentes hombres y mujeres-, el uso de armas, la exposición a la violencia en la calle, el consumo de alcohol, la salud mental -de hombres y mujeres-, las condiciones sociales para una buena calidad de vida y el buen trato.
La prevención de la violencia que los hombres ejercen hacia las mujeres requiere de un gran cambio cultural. En el cual la violencia deje de ser aceptada como un elemento más de las relaciones, sea denunciada, y las víctimas sean protegidas. Las instituciones sociales aun son lentas e ineficientes en proteger a las mujeres víctimas de esta forma de violencia. Y los hombres no han sido suficientemente involucrados.
La sociedad civil ha sido el principal motor en este campo. Falta mayor voluntad política del Estado para promover un cambio cultural que se proponga terminar con la violencia de género y lograr relaciones entre hombres y mujeres verdaderamente equitativas. El silencio que hemos tenido los hombres frente a este problema social debe terminar.
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