martes, 12 de junio de 2012


El uniforme en la facultad

En la Universidad Nacional de La Matanza ya funciona una sede de la Escuela de Policía Juan Vucetich. Sectores estudiantiles rechazan el ingreso de la Bonaerense. Para las autoridades, es una manera de integrarla a la comunidad.
En la Universidad Nacional de La Matanza comenzó a funcionar una nueva sede de la Escuela de Policía Juan Vucetich, que ya cuenta con 220 cursantes. Los futuros policías comparten las áreas comunes de la universidad con los estudiantes de la casa, como la biblioteca y el comedor, pero tienen aulas propias y, en principio, sólo tendrán docentes de la institución policial. La apertura de la escuela es resistida por sectores estudiantiles que vinculan a “la Bonaerense” con “mafias”, “secuestros” y “desapariciones”, y consideran que el convenio entre la UnLaM y la cartera de Seguridad provincial, por el que se creó la escuela, “viola la autonomía universitaria”. Las autoridades de la universidad, en tanto, expresaron a Página/12 que la UnLaM “está abierta a la comunidad” y que la idea es “colaborar con el municipio”. Además, aseguraron que esta situación “no crea ningún inconveniente para el estudiantado”.

El ciclo lectivo de los aspirantes a la fuerza policial fue inaugurado por el gobernador de la provincia, Daniel Scioli, acompañado por su ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal. A las sedes que la Vucetich tiene en Berazategui (sede central), La Plata, Olavarría y Mar del Plata, ahora se suma la de La Matanza, que desde hace dos semanas funciona en el edificio de la UnLaM. El sistema “académico” es externo, es decir, los estudiantes cursan y luego se retiran a sus casas. El curso dura un año: sus egresados obtienen un título que los habilita a prestar los servicios básicos en la Policía Bonaerense. Quienes luego continúen la carrera de oficiales, con diversas ramas y tecnicaturas, deberán pasar por la sede central de la escuela.
“Fue un pedido del intendente (Fernando Espinoza) y lo que nosotros hacemos desde la universidad es facilitar la posibilidad de que tengan el espacio físico”, le dijo a este diario el vicedecano de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UnLaM, Alejandro Mancini. “Es importante que sepamos que los estudiantes que vienen acá son estudiantes, no son policías –continuó Mancini–. Además, esto no crea ningún inconveniente para el estudiantado, no modifica el desarrollo de las actividades, que va a ser absolutamente normal.” El vicedecano destacó la posibilidad de que “los chicos compartan las áreas comunes, porque (los futuros policías) se van preparando mentalmente de otra manera, distinta a lo que es una escuela cerrada como si fuera un lugar militar”.
“Han empezado a cursar, pero no se los ve mucho –comentó una estudiante y militante del Partido Obrero–. En el comedor tienen una parte privada para ellos, hacen una fila separada y van a comer a un apartado. Tienen sus aulas separadas y, que nosotros sepamos, no hay docentes de la universidad dándoles clases”, dijo y advirtió: “No es una cuestión caprichosa, tenemos motivos por los cuales no queremos a la policía en la universidad”...

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