CASAL INTENTA CALMAR INTENDENTES DE LA 3RA.
"La Policía Municipal aquí no pasará..."
El desplazamiento de 25 comisarios bonaerenses tiene
como antecedente la mala acogida que tuvo entre los de la 3ra. Sección Electoral
el proyecto para crear una policía municipal. En parte porque a varios de esos
alcaldes les parece que tienen bien 'abrochada' sus vínculos con la Bonaerense
(el tema de la seguridad es una cuestión "de la gente", no de ellos), y también
porque se reconocen bastante incompetentes para organizar un sistema propio.
Ahora ellos descubrieron la pólvora: que la gestión de Ricardo Casal tiene
problemas. Hay una notable diferencia en la capacidad de asumir riesgos de
gestión entre la 1ra. y la 3ra. Sección Electoral. El malestar con el ministro
se lo transmitieron 3 de ellos al jefe del Gabinete, Alberto Pérez, en una
curiosa simetría: quienes lo hicieron, profesan simpatía por el vicegobernador
Juan Gabriel Mariotto.
Croquis que pone en negro sobre blanco la situación en
la 3ra. Sección Electoral Bonaerense.
El desplazamiento de 25 comisarios bonaerenses, como parte del
recambio de las delegaciones departamentales en 13 municipios
de la Superintendencia de Tráfico de Drogas Ilícitas promueve atenuar el
malestar de intendentes del Conurbano con la gestión de Ricardo Casal
en el Ministerio de Justicia y Seguridad que al menos 3 de ellos
transmitieron al jefe del Gabinete, Alberto Pérez, pero es
también un coletazo inesperado del cuestionamiento que un
nutrido grupo de ellos formuló al proyecto de creación de una policía
municipal que envió Daniel Scioli a la Legislatura
bonaerense.
El cuestionamiento a Casal fue confirmado por uno de ellos a condición de
estricto anonimato, lo mismo que los detalles acerca de la reunión en la que
participó hace 10 días junto a otros intendentes de la 3ra. Sección
Electoral para analizar esa iniciativa parlamentaria mediante la que se
intenta descomprimir uno de los principales reclamos que efectúa la ciudadanía
en la zona de mayor densidad poblacional de la Provincia.
El número se amplía para agrupar a quienes rechazan la iniciativa
y vienen manteniendo un diálogo fluido con Juan Gabriel Mariotto, por
motivos tan diversos que van como una legítima aspiración de encarar una
renovación política hasta oponerse a que ese proceso sea liderado por algún otro
par de esa lonja de territorio.
Los contactos frecuentes con el vicegobernador no serán admitidos
en público por ninguno de ellos: en épocas de vacas flacas en
materia de fondos públicos, evitarán precipitar un distanciamiento con Scioli al
que definen como el candidato natural a la Presidencia de la Nación por
el oficialismo cuando concluya el mandato de Cristina Fernández de
Kirchner, siempre y cuando no termine de hallar condiciones favorables
una reforma constitucional que habilite otra nueva reelección.
Además de resultados exitosos en materia económica, esa alternativa depende
de establecer un cerco político en torno al gobernador para que
su candidatura no florezca de forma anticipada y se convierta al mismo tiempo en
un límite concreto al margen de maniobra de Cristina durante el último tramo de
su gobierno.
El déficit en las políticas de Seguridad que el oficialismo achaca
a Casal ofrecería un flanco atractivo para avanzar en ese sentido, pese
a la cerrada negativa de Scioli a desprenderse de su colaborador: como los
intendentes, alimenta fundadas sospechas de que la ocasión sería aprovechada por
el gobierno nacional para imponerle alguien afín a sus intereses.
También que de existir un pronunciamiento de los intendentes críticos con
el ministro de Seguridad, la pelea excedería el contexto ideológico en el que se
desarrolló hasta ahora y pasaría a un plano más concreto como el de la política
territorial, con una cotización en alza de los jefes comunales al calor de esa
disputa. A prevenir eventos de esa naturaleza parece apuntar las últimas medidas
dispuestas por Casal.
Problema
Para quienes lo cuestionan, Casal “es parte del problema pero no de la
solución” en la policía bonaerense. Ese es el mensaje que le transmitieron
a Pérez al menos 3 intendentes bajo la certeza de que por esa vía el mensaje le
llegaría a Scioli pero liberándolos de expresar esa disidencia en público y para
mantener, al menos en lo formal, un vínculo cordial con el gobernador.
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