lunes, 12 de diciembre de 2011

QUE PASARÁ AHORA QUE ESTAN TODOS...TODO IGUAL?

Los próximos cuatro años son cruciales, tanto para saber en que lugar de la historia los argentinos ubicaremos a Cristina, como para saber el destino de nuestro país. Porque, o Argentina rompe definitivamente con su círculo vicioso de crecimientos, estancamiento y crisis cíclicas o vuelve al círculo virtuoso. Ese es el desafío del actual gobierno, allí se juega su destino. Si le sale bien habrá logrado su objetivo, si le sale mal gran parte de lo hecho será cuestionado. Por eso la pasión y la convicción que muestra la Presidenta. Creo que para entender de que se trata hay que empezar por sus convicciones, que finalmente son las mismas que Néstor Kirchner expresó en su primer discurso como Presidente. Desde allí nace todo. CFK es parte de una generación que cree firmemente en que es la política la que condiciona a la economía y no a la inversa. Por eso dará con dureza todas las batallas que crea necesarias, las políticas, las económicas, las culturales. Como ella misma dice, podrá decir las cosas con un mejor modo o con una sonrisa, pero sus objetivos serán los mismos. No hay que esperar por eso cambios importantes ni en el carácter ni el estilo del gobierno, mucho menos en el sentido que lo plantean sus opositores. Lo único que puede cambiar es el modo en que Cristina se muestre públicamente. La intención de Cristina es poder ser recordada, junto a Néstor Kirchner, como quienes más hicieron por lograr una senda de crecimiento sostenido, desarrollo industrial y equidad social en el marco del “proyecto nacional y popular”.
Es más, creo que pretende ser un punto de partida. Sólo con mirar con detenimiento los spots de su campaña electoral podemos llegar a esa conclusión. Pero, desde Octubre en adelante ha venido dando señales de hacia adonde quiere ir. Continuar con el crecimiento económico, incluir a cada vez más argentinos en el sistema y darles mas oportunidades para que mejoren su calidad de vida. Lo expresa a través de sus declaraciones sus discursos y sus acciones.
Se pueden discutir la orientaciones de su gobierno, y hasta el modo en que se ejecuta el plan de acción. Lo que no se puede decir es que no tenga un plan y que no piense en que tiene que sintonía fina de lo que denomina modelo. Sabe perfectamente que los superávits gemelos y el dólar competitivos no están más y que para seguir creciendo se necesita mas inversión. Por eso, el abrazo hacia los industriales. Lo que no quiere decir que sus prioridades ni sus modos cambien. Se continuará controlando a la economía y realizando un seguimiento de la actividad empresaria. Se seguirá dando la batalla por la Ley de medios.
Cristina no va a encontrar con un lecho de rosas más allá del fuerte respaldo electoral. No solo porque el mundo ya no es el mismo. Las demandas sociales tampoco serán las mismas. Quienes la votaron no le van a pedir que haga más de lo mismo, le van a pedir que haga las cosas mejor. Donde había un plan social le van a pedir un trabajo formal, donde hay un trabajo formal le van a pedir mejores condiciones de vida. Donde había inseguridad le van a pedir que la combata. Por eso, su compromiso será la generación de políticas será hacia los sectores populares.
Sabe que la Clase media apoya un ratito y después cruza, se va. Ganó por el amplio apoyo de los de abajo y para ellos intentará seguir gobernando. Claro que si se le enfría la economía las cosas se le pueden complicar. Por eso, si la inversión no fluye con la naturalidad deseada, nuevas reglas, como sucedió con el dólar pueden aparecer. Nada va a ser fácil, pero empieza con un fuerte apoyo político y no le debe nada a nadie. Enfrente sólo hay opositores disgregados y para las próximas elecciones faltan dos años.
Cristina, al tiempo que intenta ejecutar sus ideas económicas, también tiene un plan político para su sucesión. Hoy por hoy, hay que creerle cuando dice que no quiere otro periodo. Eso no quiere decir que este pensando en el fin del Kircherismo. Parece muy difícil que este pensando en el peronismo tradicional como continuidad. La composición de su gabinete no hace mas que expresar esta idea. Por un lado, el equipo es el mismo, por el otro insiste en el recambio generacional. La edad de los que se van incorporando no es fruto del azar.Tampoco importa demasiado el origen político, lo que vale es haberse demostrado leal en lo político y en lo personal . Las designaciones de las autoridades de las Cámaras y el protagonismo de la Cámpora valen como muestra.
Hugo Haime

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