jueves, 2 de junio de 2011

Los barrios cambiaron su aroma

Como se perdió el barrio, los aromas y las costumbres de los barrios, los campitos, los descampados, esa seguridad personal de salir sin pacto alguno a la hora señalada y encontrarse con los amigos. La complicidad sana de quedarse a jugar con tu amigo, o que el almacenero te fíe o el vecino te ofrezca lo que necesites sin que se lo pidas.

La complicidad se extendía en función de un pacto silencioso, lo único que podía pasar era agarrarse a piñas y ahí aparecían los padres. El padre de un amigo se convertía en el de todos. Aromas de barrio que a las 7 de la tarde veías a todos los viejos en la vereda esperando el diario. Los arcos se hacían con dos puloveres y era alto cuando no llegaba la marca del arquero, no había offsaid ni televin, no era necesario. A la noche lo máximo que nos podía pasar era la luz mala, porque no había peligro. Hoy el aroma del barrio es otro, es el aroma de la droga, el miedo de salir a la calle para que no te afanen la moto, el aroma a poxirrán de un pibe que se esta drogando en al vereda. Donde quedaron esos tiempos en que nuestros viejos nos decían te quedas encerrado en tu cuarto, ahora para castigarlo hay que decirles te vas dos horas de casa. Perdieron ese pacto, esa complicidad que tenía la adolescencia, de empezar a enamorarse que era casi casi vergonzoso y los códigos de decir la novia del amigo no se toca. Mataron una generación que podía ser pobre pero digna.


Alejandro Colussi

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