sábado, 2 de octubre de 2010

La inseguridad mata


La inseguridad ha ido socavando la posibilidad de tender puentes de solidaridad, de desarmar la hoy extendida concepción de que todo lo que es distinto y desconocido es peligroso y que en todas partes, a toda hora, acechan delincuentes y asesinos.

Da pavor imaginar qué debe de estar pasando hoy por la mente y el corazón de ese remisero que no quiso dejar que Matías, en su desesperado pedido de ayuda cuando escapaba de sus secuestradores, subiera a su auto. Pudo haber salvado la vida del chico y, quizá por miedo, no lo hizo.

Pero quién sería capaz de reprochárselo; quién, honestamente, hubiera actuado distinto. Eso es, precisamente, la consecuencia de la inseguridad. La inseguridad es el delito, pero también la sensación.

La percepción de que la inseguridad es un tema que preocupa a todos, pero del que deben ocuparse algunos (el Estado) y por el cual cada uno debe cuidarse como puede, explica las reacciones de quienes tuvieron oportunidad de ayudar a Matías y no lo hicieron, y las de los allegados a la víctima, que ayer daban a entender que, contra lo que algunos imaginaban, no quieren organizar ninguna marcha para pedir justicia....


http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1310120





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