La semana política: Entre las manos atadas y las internas desatadas
La Plata – (Por: Fabricio Moschettoni, de Impulso Bairs) - Casi al final de la semana la temperatura creció con una frase del ex presidente Néstor Kirchner en donde pidió al gobernador Daniel Scioli que diga quienes le atan las manos en la lucha contra la delincuencia. La corporación judicial en la mira. A su vez, los espacios políticos siguen produciendo reacomodamientos con vista al año próximo.
Curiosamente al final de la semana estuvo el hecho político más significativo en lo que tiene que ver con la política bonaerense con la embestida del ex presidente Néstor Kirchner pidiéndole al gobernador Daniel Scioli que diga quién le tiene las manos atadas en materia de seguridad.
Los dichos de Kirchner tuvieron varias interpretaciones, algunos dicen que fue un “reto”, otros “un pase de factura”, y hay quienes también sostienen que el ex presidente quiso apurar el envión final para llegar a desnudar las deudas que aún tiene la corporación judicial a la hora de ser más ágil y certera en la administración de justicia.
En rigor, una vez más quedó en evidencia la ausencia general de políticas de seguridad pública, pero no solo en órbitas del actual oficialismo sino, tal vez, de la parte más visible de todo el arco político.
Obviamente, y como era de esperar, no hubo ningún opositor con ambiciones políticas serias que dejara pasar semejante declaración de Kirchner para con su gobernador, y a partir de ahí se tejieron una maraña interminable de hipótesis con connotaciones políticas llevadas al terreno partidista.
En el gobierno bonaerense quieren profundizar, en materia de seguridad, mayor presencia policial en las calles, pero fundamentalmente apuntan a “algunos funcionarios” judiciales que no apuran decisiones a la hora de la lucha contra el delito.
Los dichos de Kirchner tuvieron varias interpretaciones, algunos dicen que fue un “reto”, otros “un pase de factura”, y hay quienes también sostienen que el ex presidente quiso apurar el envión final para llegar a desnudar las deudas que aún tiene la corporación judicial a la hora de ser más ágil y certera en la administración de justicia.
En rigor, una vez más quedó en evidencia la ausencia general de políticas de seguridad pública, pero no solo en órbitas del actual oficialismo sino, tal vez, de la parte más visible de todo el arco político.
Obviamente, y como era de esperar, no hubo ningún opositor con ambiciones políticas serias que dejara pasar semejante declaración de Kirchner para con su gobernador, y a partir de ahí se tejieron una maraña interminable de hipótesis con connotaciones políticas llevadas al terreno partidista.
En el gobierno bonaerense quieren profundizar, en materia de seguridad, mayor presencia policial en las calles, pero fundamentalmente apuntan a “algunos funcionarios” judiciales que no apuran decisiones a la hora de la lucha contra el delito.
Luces amarillas,,,
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