Un sistema colapsado
El motín en una comisaría de Guernica, ocurrido el fin de semana, puso de manifiesto la situación delicada que se registra en casi todas las comisarías bonaerenses, que alojan a más de 4 mil presos
Lo ocurrido el sábado último en Guernica, donde siete policías fueron tomados de rehenes por un grupo de presos, fue la cabal muestra del sistema de colapso que se vive en las comisarías bonaerenses.
Si bien desde el ministerio de Justicia y Seguridad (ver aparte) ayer determinaron que el disparador de la revuelta no fue el reclamo por mejores condiciones de detención, sino un frustrado intento de fuga, persisten algunas dudas. Es más, el fiscal de Presidente Perón -Leandro Heredia -dijo a Hoy que “recién en las próximas horas podremos determinar con certeza si esto es así, o no”.
“Mañana (por hoy) tendré las actuaciones. Lo primordial fue resolver el conflicto, constatar que todos estuvieran bien y trasladar a los detenidos”, explicó el fiscal, detallando que en la seccional sólo quedaron “7 de los 23 que había hasta el sábado”, mientras que los otros 16 fueron derivados a “la Unidad 29 (de máxima seguridad, en Melchor Romero) y a otras comisarías de la región”.
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