Alertan por fugas y desmanes
Es que la semana pasada se produjo el anunciado reemplazo de las guardias policiales del Fuero por penitenciarios retirados o jubilados.
Así, esos agentes de uniforme negro, que superaron largamente los 50 años de edad, algunos, de dudoso estado físico, al menos a primera vista, se hicieron cargo de los denominados objetivos clave de los juzgados: las catorce salas de juicios orales, la alcaidía de alojamiento y traslado de detenidos, las garitas de vigilancia de los accesos, la sala de flagrancia, y la custodia de lugares críticos en el edificio como pasillos y salidas de emergencia, y depósitos de efectos (secuestrados en las causas penales como armas de fuego, dinero, equipos, droga, documentación, etc).
Para esa custodia se asignó, hasta el viernes pasado no más de 10 penitenciarios retirados, ahora reingresados. Y por disposición de ministerio de Seguridad y Justicia provincial “se sacó a la calle” a los policías que cumplían tareas de vigilancia.
La resolución dispuesta por el ministro Ricardo Casal no tiene que ver sólo con los tribunales. Sino que otros agentes -se habla de unos 55 mil-, que cumplían actividades administrativas, también fueron derivados a trabajos de prevención y represión de ilícitos.
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