sábado, 24 de julio de 2010

Dicen que cuando las rejas no se la ponen a los delincuentes en la cárcel las acaban poniendo los ciudadanos en sus casas. 

Pues un ejemplo simple es el del edificio de mi departamento en Buenos Aires. Van a poner cerraduras en las puertas de acceso a las escaleras y teclados numéricos en los ascensores, para que sólo los utilicen los dueños. Todo eso para un edificio de 16 unidades en un barrio normal porteño de clase media. Un horror.
 Marina

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