Motochorros: hay un ataque cada media hora en Buenos Aires
Federico Hausbauer y Miguel Leiva eran conscientes de una realidad delictiva que preocupa hace rato. Ellos sabían que estaban expuestos, y que tarde o temprano, alguien intentaría arrebatarles la recaudación de la distribuidora de cigarrillos y galletitas Margaritis SA. Llevaban 140 mil pesos en una bolsa y dos armas para defenderse: una pistola 9 milímetros y un revólver Magnum 357. Estaban atentos. Pero no sirvió de nada. En menos de veinte segundos perdieron todo, el dinero y algo que no tiene remedio: la vida.
El doble crimen ocurrido el lunes pasado en el cruce de Córdoba y Pringles, en el barrio porteño de Almagro, desnudó el cotidiano y peligroso accionar de los motochorros en la ciudad de Buenos Aires y el primer cordón del Conurbano bonaerense, donde ocurren cincuenta ataques por día, a razón de un robo cada media hora, según estadísticas recopiladas por ONGs y consultoras especializadas en seguridad.
La modalidad no es nueva. Pero en los últimos años creció hasta convertirse en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades policiales, quienes incluso reconocen “no” contar con las herramientas suficientes como para prevenir o controlar esta clase de hechos.
“Este tipo de modalidad delictual revela un proceder más sistemático que incidental, una secuencia de acciones específicas, espectaculares y con consecuencias nocivas porque desarrollan un efecto contagioso”, dice a PERFIL el abogado Héctor Muzzio, licenciado en seguridad y especialista en delitos bancarios
Números. Las estadísticas indican que el 80% de los ataques en la vía pública son contra peatones desprevenidos que, ante un mínimo y casi imperceptible descuido, pueden llegar a perder el teléfono celular, la cartera, el reloj o una cadenita de oro.
Según estos datos, dentro del 15% del blanco elegido por los “motochorros” están los automovilistas, sobre todo las mujeres que dejan su cartera en el asiento del acompañante. En tanto, el 5% de los ataques ocurren a la salida de los bancos, donde operan grupos más organizados que suelen realizar tareas de inteligencia previa.
De acuerdo con las denuncias radicadas en la Policía Federal, entre enero y septiembre de 2009 ocurrieron 3.563 salideras bancarias en todo el país.
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