martes, 2 de marzo de 2010

Nueva Mayoría - 01-Mar-10 - Defensa

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La reforma de los liceos militares
por Rosendo Fraga
Los liceos militares son institutos secundarios que funcionan en la órbita de las Fuerzas Armadas y cuya función es formar oficiales de reserva.  

Se cursan los estudios de dicho ciclo y paralelamente se recibe instrucción militar.  

Fueron creados a fines de los años treinta, tomando como modelo institutos similares que existían -y existen- en los EEUU y Europa. 

En los últimos años han tenido un proceso de reforma que incluye -como en el resto del sistema militar en todo el mundo- la incorporación de mujeres. 

Se ha debatido en el pasado reciente si estos institutos siguen teniendo sentido, habiéndose planteado la posibilidad de su cierre, pero los reclamos tanto de las provincias y localidades en los cuales funcionan, como de sus ex alumnos, llevaron a suspender la intención de cerrarlos.  

Se ha justificado la necesidad de su reforma con el argumento de que eran utilizados para formar dirigentes civiles afines a los gobiernos militares (cuatro de cada cinco egresados de estos secundarios no siguen después la carrera militar sino que ingresan a la universidad). 

Es interesante mencionar que de los cuatro presidentes electos desde el reestablecimiento de la democracia en 1983, dos egresaron de liceos militares: Alfonsín del General San Martín (Buenos Aires) y De la Rúa del General Paz (Córdoba). Los otros dos (Menem y Kirchner) no cursaron en estos secundarios del ámbito militar.  

Si Julio Cobos fuera elegido Presidente en 2011, entonces tres de los cinco presidentes electos desde 1983 serían egresados de los liceos militares, ya que él lo fue del de General Espejo (Mendoza). Se daría el caso, entonces, que de los cinco presidentes electos desde 1983, tres sobre cinco serían egresados de liceos militares.  

Al momento que ellos cursaron los estudios secundarios, sobre las decenas de miles de escuelas secundarias, los liceos militares del Ejército eran sólo cuatro.  

En los años sesenta se decía irónicamente que el Colegio Militar -donde estudian los oficiales del Ejército- generaba los presidentes. Lo curioso sería que ahora, en democracia, pareciera que los liceos militares los generan.  

Es interesante destacar que los presidentes electos con formación militar en el secundario son todos del radicalismo, mientras que quienes no la tienen son los de extracción peronista. Si a la lista de presidentes agregamos los no electos (Duhalde y Rodríguez Saa), veríamos que ellos tampoco cursaron en los liceos militares, cuando por lo general se ve al radicalismo como más lejos de las Fuerzas Armadas que al peronismo.  

Paradójicamente, de los cuatro presidentes del último gobierno de facto (Videla, Viola, Galtieri y Bignone), solo uno de ellos, el tercero, cursó el secundario en liceos militares.  

Todo ello muestra que no existió en estos institutos una formación ideológica determinada que marcara o influyera sobre quienes estudiaron en ellos.  

Actualmente se plantea en el proyecto para reformarlos del Ministerio de Defensa, que los alumnos de los liceos militares -que actualmente son 10: 7 del Ejército, 2 de la Armada y uno de la Fuerza Aérea- no puedan ser instruidos en el uso de las armas, que recién puedan tomar contacto con ellas en el quinto año, pero que solo puedan recibir instrucción de un arma no militar, como es la carabina neumática calibre 22.

Como con esta instrucción no puede formarse un oficial de reserva -que tendría una experiencia militar muy inferior a la de cualquier soldado voluntario-, los egresados de los liceos que quisieran serlo deberían recibir la instrucción adecuada con el fusil FAL dentro del Ejército y fuera de los Liceos.  

Si prospera esta reforma, está claro que los liceos militares dejan de tener sentido, ya que no formarían oficiales de reserva y, en consecuencia, lo lógico sería cerrarlos. Es que deja de tener sentido que las Fuerzas Armadas destinen personal a estos institutos si no van a formar oficiales de reserva.  

No parece sensata este tipo de reforma, que por ahora está en estudio. 

El tema debe ser analizado en un contexto más amplio, que es la gran asignatura pendiente del sistema militar argentino desde fines del siglo XX: la formación de reservas.  

Es que desde la eliminación del servicio militar obligatorio en 1995, a través del cual quienes habían recibido instrucción podían ser convocados a prestar servicio en caso de emergencia, las Fuerzas Armadas han quedado sin el sistema de formación de reservas que es fundamental para su misión.

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