sábado, 27 de marzo de 2010

ESTO PASA EN LA POLICIA METROPOLITANA....... Y EN LA BONAERENSE COMO ESTAMOS?..... CAPACITACION, CONTROL Y MAS CONTROL!

El escándalo en la Policía Metropolitana por la contratación de un comisario que fue procesado por la venta de protección a prostíbulos cuando trabajaba en la Policía Federal amenaza con seguir creciendo.
Altas fuentes judiciales confirmaron a LA NACION que la fuerza de seguridad creada por el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, incorporó a sus filas a por lo menos 14 comisarios que habían sido desplazados por faltas graves de la Policía Federal, entre 2003 y 2006.
Los casos de estos 14 oficiales jefes se suman al del comisionado Miguel Angel Colombo, que había sido pasado a disponibilidad en la Federal el 7 de mayo de 2004, según el orden del día publicado en el Boletín Oficial de la Nación de esa fecha.
Conforme ese documento público, Colombo fue uno de los 107 oficiales jefes que fueron echados de la Policía Federal, en lo que constituyó la mayor purga en la historia de esa fuerza de seguridad.
Otro de los uniformados que figuraron en esa lista de comisarios desplazados de la Policía Federal era Osvaldo Chamorro.
En agosto del año pasado, Chamorro reemplazó a Jorge Palacios como jefe de la Policía Metropolitana. Tres meses después, Macri le pidió la renuncia debido a que apareció más comprometido en la causa en la que se investigan las escuchas ilegales a familiares de las víctimas del atentado contra la sede la AMIA y que había provocado el desplazamiento de Palacios.
Anteayer, después de que se conoció la noticia de que Colombo quedó a un paso del juicio oral, en el gobierno porteño sostuvieron que no existían mecanismos formales que permitan revisar los antecedentes penales de cada uno de los postulantes a ingresar en la Policía Metropolitana.
Al igual que el caso de Ciro James, el espía acusado de estar vinculado con la causa judicial de las escuchas telefónicas ilegales, todos los oficiales cuestionados ingresaron en la Policía Metropolitana, antes del 11 de diciembre pasado, cuando Eugenio Burzaco se hizo cargo de la jefatura de dicha fuerza de seguridad.
Fuentes del gobierno porteño explicaron a LA NACION que actuaron de buena fe y que la única forma con la que podían cotejar los antecedentes de los comisarios cuestionados era mediante el envío de oficios al Registro Nacional de Reincidencias.
Ese organismo, según explicaron, no entregó los antecedentes completos de todos los postulantes debido a que muchos juzgados no remitieron las notificaciones de cada uno de los procesamientos que se dictaron.
En estos casos tampoco funcionó el mecanismo dispuestos por la Legislatura porteña que, a partir de una ley sancionada en noviembre pasado, creó una comisión parlamentaria para revisar los legajos de los postulantes a ingresar en la Policía Metropolitana que, anteriormente, se habían desempeñado en otras fuerzas de seguridad. Por discusiones políticas esa comisión nunca llegó a formarse (ver aparte).
Además, funcionarios macristas aseguran haber pedido los antecedentes a la Federal y que ésta se los negó al decir que sólo se los darían de mediar un pedido judicial.
Entre los 14 oficiales jefes que fueron echados de la Policía Federal por haber cometido faltas graves y que luego se incorporaron a la Policía Metropolitana figura un comisario que estuvo acusado de matar a una prostituta. Según fuentes judiciales, el policía contrató los servicios de la mujer mientras se desempeñaba como subcomisario.
La tragedia sobrevino cuando la mujer atacó a puñaladas al jefe policial, quien le disparó cinco balazos, lo que le provocó la muerte.
El policía fue procesado por homicidio, pero luego fue sobreseido debido a que la Justicia consideró que disparó en defensa propia. No obstante, la instrucción del sumario policial administrativo siguió adelante y fue pasado a retiro obligatorio.
Hace una semana la Cámara Federal ratificó los procesamientos de cinco ex comisarios de la Policía Federal acusados de peculado. La investigación encarada por la jueza federal María Servini de Cubría habría puesto al descubierto que esos cinco jefes policiales modificaron planillas de gastos de comida y adicionales para quedarse con el dinero.
Según fuentes judiciales, al menos uno de esos comisarios se sumó hace un año a la Policía Metropolitana, dos años después de haber sido echado de la Policía Federal por la gravedad del delito que le imputaron.
Las fallas en los controles de los legajos de los policías porteños no sólo se registraron entre los oficiales jefes. LA NACION pudo saber que más de 20 agentes que actualmente se desempeñan en la Policía Metropolitana también fueron separados de la Policía Federal por faltas graves.

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