martes, 23 de febrero de 2010

ESTO PASO EN CHILE..........
Carlos Vergara 
Corresponsal en Chile 
SANTIAGO, Chile.- Desempleo e inseguridad ciudadana. Según todas las encuestas, esos son los temas que más les preocupan a los chilenos.
Así también lo entendió el presidente electo, Sebastián Piñera, quien centró su campaña en las falencias de los gobiernos de la Concertación y se comprometió a atacar ambos flagelos en su futuro gobierno, el cual asumirá el 11 de marzo.
Pero el empresario sufrió ayer un duro traspié cuando se revelaron algunos detalles de su agresivo plan contra el delito. El proyecto, que incluye la puesta en marcha de un equipo de 50.000 informantes ciudadanos, quienes trabajarán voluntariamente haciendo denuncias bajo reserva por intermedio de teléfonos móviles, fue duramente criticado por el oficialismo y los expertos en seguridad. Según sus detractores, el modelo podría derivar en un sistema de represalias y venganzas entre vecinos.
El plan está inspirado en métodos de seguridad implementados por el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, y en la también controvertida Política de Seguridad Democrática de Colombia, lanzada por el presidente Alvaro Uribe en el marco de su ofensiva contra el narcotráfico y las organizaciones paramilitares.
"La lucha contra la delincuencia en los Estados modernos está sustentada en los policías y los fiscales y no en la autotutela", dijo el diputado democristiano y ex responsable de la seguridad del Estado Jorge Burgos. "Se los puede llamar colaboradores o informantes, pero en las poblaciones seguramente los llamarán soplones", agregó el senador del mismo partido, Jorge Pizarro.
"La información es clave para las policías, pero hay que tener cuidado de que no se transforme en un arma de represalias entre vecinos y que se utilice para fines sentimentales, económicos, políticos o religiosos. Es necesario establecer una calificación de informantes", afirmó a LA NACION el ex coronel de carabineros Pedro Valdivia.
Entre las agrupaciones ciudadanas hay divergencias en torno al plan anunciado. "Son medidas de corte fascista", comentó a LA NACION uno de los líderes nacionales. En los barrios marginales, sin embargo, el proyecto fue aplaudido, ya que refuerza el trabajo de los grupos de autodefensa diseñados por los propios vecinos.
El senador de centroderecha Alberto Espina, principal artífice de estas políticas, se manifestó sorprendido por las críticas. "No veo por qué debería ser una medida controvertida. Cuando uno llama al 133 [teléfono de carabineros] también está siendo un informante de la policía", arguyó.
Piñera también se comprometió durante su mandato a poner 10.000 nuevos carabineros en las calles, recapturar a los más de 1100 delincuentes que se encuentran prófugos, y a implementar la utilización de brazaletes y tobilleras electrónicas con GPS para autores de delitos graves.
En Chile, el índice nacional de victimización (hogares en los cuales uno o más integrantes han sido víctimas de asaltos, dentro o fuera de su residencia) es del 37,5%, de acuerdo con el último informe conjunto de Adimark y la Fundación Paz Ciudadana.

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