miércoles, 4 de enero de 2017

Se necesitan políticas de Estado activas” Delito, drogas y exclusión social

Pablo Barbirotto está a cargo de la Defensoría N° 8 del Poder Judicial, y desde su experiencia de asistir legalmente a jóvenes “desacatados”, opina sobre lo que hay y lo que falta ante un problema que parece irse de las manos si no se toman políticas de estado serias, sobre todo con las adicciones.


La Defensoría de Menores es un área de la Justicia que tiene el rol de bregar por el cumplimiento de los derechos y garantías de los niños y adolescentes, y en particular de aquellos “en conflicto con la ley penal”, entre otras cosas. En Paraná, uno de los defensores es Pablo Barbirotto. Su tarea lo acerca a lo más crudo de la realidad de los pibes en Entre Ríos, y desde esa experiencia habla, diagnostica, cuestiona y propone. El delito, las drogas, y la falta de políticas serias de inclusión social y tratamiento de las adicciones, es el combo que estalla y se hace visible recién cuando la sangre empieza a correr. En tiempos donde los menores están en la mira de un sector de la sociedad que pide cárcel y mano dura, al escarbar un poco en sus vidas, en su día a día, aparece que los parches de hoy son muy necesarios, pero no tocan los problemas de fondo, y demuestra con crueldad que el futuro sigue en peligro. Es una verdad que preocupa, pero también moviliza. Drogas, delito y exclusión “Al chico que delinque, en mi opinión, hay que tratarlo como víctima. Y la Justicia Penal no es el ámbito, hay que trasladarlo al ámbito asistencial. Dar intervención con la Ley de Protección 9861, con medidas para tratar al chico”, porque “un adolescente es una persona que está en grado de desarrollo”, introduce Barbirotto. “Si vamos a hablar de menores, la proporción es ínfima en relación a los mayores: de cada 10 hechos delictivos, uno tiene la participación de un menor, y no es grave. Cuestiones de robo, arrebato, hurto, sin violencia extrema”. Pero hay un denominador común en la mayoría de los delitos, tanto de mayores de edad como de menores: “El consumo de drogas y delito van de la mano. La droga es la familia ortopédica del chico, busca en la droga la contención, y para conseguirla es muy sencillo”, explica el defensor. Para esto operaron en los últimos años una serie de cambios: “Se rompieron los códigos: antes no se robaba en el barrio, y el que vendía droga no le vendía a los chicos, y menos en el barrio”. ¿Cómo empieza un chico a consumir y en poco tiempo a robar para volver a drogarse? “Hoy le empiezan a ofertar cocaína, marihuana, psicofármacos, y le van agarrando el gustito. Y después le piden algo a cambio, que salga a robar y le traigan una cartera”. La pregunta que se hace Barbirotto es: “¿Cómo consigue un chico el Rivotril, por qué consigue alcohol?”, insumos no sólo prohibidos para la venta a menores, sino además muchos de ellos de exclusiva venta bajo receta archivada. “Es una discusión que tiene que abordarse interdisciplinariamente. Lo que necesitamos es la contención, el límite. Hoy no tenés un papá, una mamá, el padre es tan adicto como el chico, porque hay una diferencia de 15 años de padre a hijo. El padre se está rehabilitando de la adicción y el chico ya va a robar, y no está el ejemplo del padre que trabaja”, remarcó, y agregó: “Estamos asistiendo a la tercera generación de padres que no trabajan; por el asistencialismo, que no digo que está mal, he notado que con la Asignación por Hijo los chicos van a la escuela, por más que sea por la plata, pero si va a la escuela está contenido, y no está en la calle; antes estaba en la esquina con alcohol, con psicofármacos. Pero no es la solución”, aseguró el defensor. Por eso, la receta que cree necesaria no parece de otro mundo: “El problema de los menores no lo solucionás con el sistema penal, sino con políticas sociales previas, que tenga trabajo, que sea incluido socialmente. Y a partir de ahí va a bajar la delincuencia, es obvio. El chico delinque porque necesita para consumir, y porque está totalmente excluido”. “¿Y si me matan, qué?” El pibe tiene, supongamos, 14 años. Le arrancó la cartera de cuero a una anciana y salió corriendo o se llevaba un televisor de 29 pulgadas, cuando lo sorprendió un señor de azul y lo llevó de las orejas a Minoridad. Ahora está sentado en una oficina de Tribunales con aire acondicionado. Enfrente, del otro lado del escritorio, está Pablo Barbirotto, quien deberá defenderlo y resguardar sus derechos, aunque el chico probablemente no lo entienda ni le interese. El defensor intenta meterse por un segundo en su cabeza y comprender por qué hizo lo que hizo: “¿Vos pensaste que entraste a una casa, que te podían meter un tiro?”. “¿Y si me mataban, qué?”, responde el pibe, aunque en realidad pregunta. Y esta pregunta es más difícil responderla que cualquiera anterior. “No les importa la vida de ellos. No hay una perspectiva de futuro, no les importa, vivo el hoy, si a nadie le importé. Si nadie piensa en mí”, es una de las explicaciones que encuentra Barbirotto. Además, el tema se inscribe en un problema más global: “Estás en una sociedad que te exige que tenés que estar salvado a los 25 años, con una casa, un auto y un futuro resuelto. Y en realidad ese futuro o esa oportunidad la sociedad se la da a muy pocas personas. El resto comparte ese objetivo del éxito, pero va por otro camino. Que te exige que tenés que tener todo y sos por lo que tenés, y el chico también quiere eso, es un adolescente, hay que ponerse en la cabeza de un adolescente, y por esa capacidad distinta que tiene el chico, no podés culparlo de la misma forma. Estos chicos en la primera edad son invisibles, sabés que son pobres, que están en la calle pidiendo o haciendo malabares, corriendo peligro su vida, y lo ves como parte del paisaje. Pero se hace visible una vez que comete un delito”, dice, sugiriendo a todos una autocrítica. “Si no duerme en una casa, si pasa frío en invierno, le llevás una frazada, pero de esa forma no solucionás el problema. Hay que ver el organismo donde hay que denunciar estas cuestiones”. Cuestión de estado En cuanto a los caminos a tomar para hallar una solución a un problema que parece irse de las manos, Barbirotto se remite a lo que se viene haciendo, y a lo que falta. En relación a lo primero: “La experiencia que tenemos nosotros ha sido buena (la mayoría, otras no). Cuando al chico lo tratás bien, como una persona, con afecto, le generás un proyecto, buscás actividades (laboral, capacitación), y lo acompañás, el chico responde”, afirma. “La función de la Justicia junto con el Consejo –del Niño, el Adolescente y la Familia- tiene que ser que te ayude con proyectos, cómo revertir las cosas que lo llevaron a esto. El Consejo está desbordado por la cantidad de casos, no solamente por la cuestión penal, sino todos los chicos que en Paraná tienen una necesidad de asistencia, y son muchos”. “Los organismos administrativos tienen toda la voluntad -asegura-. Hay gente muy joven que se la pasa en los barrios todo el día, a cualquier hora a destajo. Pero bueno, no alcanza, porque podés tener diez que estén en los barrios, pero Paraná está desbordada de toda esta situación”. El ciego reclamo de mano dura parece no registrar este marco. “Yo soy un convencido de que con mayor pena no se va a solucionar absolutamente nada. Bajar la imputabilidad tampoco va a servir para nada, porque la vas a bajar a los 14 y a los tres meses de que salga la Ley va a aparecer un chico de 10 años que comete un hecho, y vamos a ir por los de 10 años. Porque no tenés control sobre eso. ¿Qué solucionás?”, opina Barbirotto. “Son cuestiones de políticas públicas –dice ahora, llegando al meollo de la cuestión-. Que el Estado primero tome el tema de la droga, que no lo está tomado como una cuestión de Estado. En Entre Ríos no tenés un lugar para internar a un chico, tenés que mandarlo a un lugar afuera, y eso cuesta plata. Se necesitan políticas de Estado activas. No nos preocupemos por las drogas, ocupémonos, porque esto va a ser un flagelo de acá a 5 años, que no lo vamos a poder llevar adelante. Fijate lo que es Buenos Aires con el tema del paco, acá todavía no tenés el paco, pero sí tenés cocaína a cinco pesos que debe ser muy parecido a lo que es el paco. Esos chicos están seis meses y te hacen una tras otra y no los podes contener”. “Hay que empezar a tener una política de estado donde digas: ‘Che, Entre Ríos necesita mínimo una comunidad terapéutica en la costa del Paraná y otra en la costa del Uruguay’. Donde tengas un chico con problemas de adicciones, lo puedas internar, lo puedas tratar”. Porque si no, “¿qué chico va a tener voluntad de recuperarse a los 14 años, si la droga es la única salida que tiene? Va a tener que ser compulsivamente”. Aunque no únicamente el foco debería estar puesto en el chico: “Si lo tengo internado un año –dice el defensor- y después lo mando al barrio, es lo mismo. Si lo tengo internado, mientras tanto voy a trabajar en el barrio con los padres, con la familia, para que ese chico vuelva al barrio y no salga a la esquina y vea a sus amigos drogándose, y devuelta a decaer. Ya es una política de Estado -insiste-, que el Estado, todo en su conjunto (Poder Judicial, Ejecutivo, Legislativo) tenemos que ocuparnos del tema de las adicciones. Es un tema que empieza a los 10 años en los chicos”. Y reitera, por las dudas, advierte otra vez: “Si no se empiezan a tener políticas serias de prevención, si no se empieza a hacer eso, estamos comprometidos para dentro de unos años”. Denunciar a los kioscos narcos del barrio También Barbirotto destaca la necesidad de denunciar a los que le venden la droga a los pibes: “Yo les digo a los padres: ‘díganme quienes están vendiendo’; ‘No, me van a quemar la casa’, responden. Están todos amenazados, nadie dice nada, la gente tiene que tomar consciencia de que esto hay que denunciarlo, dónde se vende, quién vende, darle la posibilidad a la gente que pueda hacer una denuncia anónima en la Justicia Federal, que se pueda preservar esto, porque todos tienen miedo. Porque el tema es que nos están matando a nuestros chicos”.

Delito, drogas y exclusión social
Pablo Barbirotto está a cargo de la Defensoría N° 8 del Poder Judicial, y desde su experiencia de asistir legalmente a jóvenes “desacatados”, opina sobre lo que hay y lo que falta ante un problema que parece irse de las manos si no se toman políticas de estado serias, sobre todo con las adicciones.
La Defensoría de Menores es un área de la Justicia que tiene el rol de bregar por el cumplimiento de los derechos y garantías de los niños y adolescentes, y en particular de aquellos “en conflicto con la ley penal”, entre otras cosas. En Paraná, uno de los defensores es Pablo Barbirotto. Su tarea lo acerca a lo más crudo de la realidad de los pibes en Entre Ríos, y desde esa experiencia 

CO,.SE.MA 2012

cuando hablamos de Inseguridad...DE QUE HABLAMOS?

tambien ahora exponemos algo que pusimos en el blogspot en el 2013...mira!!

SÁBADO, 2 DE NOVIEMBRE DE 2013

DE QUE INSEGURIDAD HABLAMOS..... DE CUAL?

¿De qué hablamos cuando hablamos de inseguridad?

Parte de prensa de la Asociación por los Derechos Humanos "Coca Gallardo".
¿De qué hablamos cuando hablamos de inseguridad?
Ante las declaraciones de Martín Insaurralde, primer candidato a diputado nacional por el oficialismo en la provincia de Bs. As., quien solicitó una nueva ley para bajar la edad de imputabilidad de los 16 a los 14 años, la Asociación por los Derechos Humanos "Coca Gallardo" se opone a esta propuesta que vulnera los derechos del niño, puesto que se trata de niños y niñas en situación de riesgo social, víctimas de marginación, desprotección y abandono.
Este discurso ha sido apoyado por notorios dirigentes del oficialismo y la oposición, como el gobernador de Bs. As. Daniel Scioli y el reclamo de "mano dura" contra la inseguridad es el argumento esgrimido por medios de comunicación y políticos con fines electorales.
Preguntamos: ¿De qué hablamos cuando hablamos de inseguridad?Porque inseguridad no son solo delitos callejeros, que parece que son los únicos que se ven en nuestro país. Inseguridad es no tener qué comer, no tener trabajo digno, no tener vivienda, salud ni educación, no tener futuro. Y esa es la realidad de esos chicos y sus familias. Inseguridad es trabajo y prostitución infantil, abuso policial, gatillo fácil. Inseguridad es también la corrupción impune y políticos enriquecidos a costa de un pueblo pobre.
Nuestros demócratas deberían esclarecer estos temas antes de ensañarse con los chicos, deberían tomar partido por los derechos humanos y respetar los convenios internacionales que forman parte de nuestra Constitución, como la Convención de Derechos del Niño a la que la Argentina adhirió en 1994.
Evidentemente, es más fácil buscar un chivo expiatorio y crear el mito del adolescente peligroso. El adolescente pobre, claro, porque ¿qué es lo que se demoniza? No a todos los chicos sino a los pobres, los villeros y drogadictos. Pero las estadísticas dicen otra cosa. Dicen que es ínfima la cantidad de delitos graves cometidos por adolescentes, y menos todavía por chicos menores de 14 años. Convertir el mito en política no alterará el panorama delictivo.Por un lado, está el daño causado al chico que sufre la internación.
Cada niño atrapado por el sistema penal recibe un certificado de que su futuro quedará probablemente al margen de la ley. Pero además no le sirve al resto de la sociedad. No es una medida eficaz. El Estado debe trabajar en la prevención del crimen de los adultos que muchas veces utilizan a los niños para delinquir, no ensañarse con el eslabón más chico de la cadena.
Se insiste en la imputabilidad a los 14 e incluso algunos hablan de 12 para no encarar el verdadero debate, para no asumir que los chicos de hoy son producto de las políticas neoliberales que generaron exclusión, violencia y delincuencia.
En vez de pedir "mano dura" con un discurso fascista, la clase política argentina, que en buena parte fue cómplice de esas políticas que dejaron a millones fuera del sistema, debe hacerse responsable de los niños y adolescentes que son víctimas de la exclusión social. En vez de encerrarlos en la cárcel que acabará de destruir sus vidas, el Estado debe ser garante de sus derechos.
Este tipo de soluciones que se instalan con oportunismo electoral son un engaño. Se podrá bajar la imputabilidad pero esa no es una política de seguridad. En Brasil la tienen en 12 y la tasa de homicidios es mucho más alta que en la Argentina.
Lo que ocurre es que los gobernantes no tienen un plan integral de seguridad. Lo que hay son parches.Y se han olvidado que una de las máximas de prevención de la delincuencia es el logro del pleno empleo. El problema no se resolverá con más represión sino con un fuerte compromiso del Estado y con un compromiso igualmente fuerte de la comunidad entera. Todos tienen que hacerse responsables.
El punto es si apostamos a seguir generando violencia y delincuencia o si rescatamos e integramos a los chicos para que consigan reencausar sus vidas. Hay que ayudar a las familias, hay que proteger a los más vulnerables. Y para esto el Estado debe apostar a políticas sociales para los menores y mayores de 16.

MUCHO PARA HACER CON LOS ADOLESCENTES Y DESDE CO.SE.MA TENEMOS PROYECTOS!

POR SUPUESTO HAY OTRAS INSEGURIDADES...... Y HABLAREMOS DE ELLAS....

El proyecto de bajar la edad en imputabilidad de los delitos

ESTO LO DECIAMOS EN CO.SE.M,A EL ABRIL DE 2010... NON ESTABAMOS PIDIENDO NADA EXCEPCIONAL ....SEGURAMENTE HUBIERAN CAMBIADO ALGUNAS COSAS.


Quien no ha sido victima de la inseguridad de estos tiempos ultimamente,quien no ha tenido a alguien cerca suyo que a padecido este flagelo?No existen propuestas de parte de la dirigencia politica para combatirla.
Solo se actua sobre las consecuencias:Se promueve saturar la calle de policias pero hasta los mismos policias tienen temor de esta ola de inseguridad.
Lentamente los delincuentes los van matando,nos van matando.Ya no  nos tenemos que preocupar unicamente por mantener nuestro trabajo,sino luchar contra el costo de la vida,tratar de viajar mejor .Nos tenemos que preocupar de que niños drogados por paco no nos asalten y no peguen un tiro,nos tenemos que preocupar de que no entren en nuestras casas,violen  a nuestras mujeres y secuestren a nuestros hijos.
Han leido alguna propuesta de los postulantes a presidente de como combatir esto ?
El tema de la construccion de nuevas carceles ha quedado sumergido en las tinieblas de la corrupcion,que proviene de la epoca menemista.El proyecto de bajar la edad en  imputabilidad de los delitos,duerme en el congreso.Tenemos jueces que practicamente amparan a la delincuencia.Los delincuentes entran por una puerta de la comisaria y salen por la otra.Existen datos de corrupcion en las mismas fuerzas de seguridad .Yo,le tengo panico a la policia y a los delincuentes.
Existe un crecimiento enorme del consumo de droga en nuestro pais.Los delincuentes son cada vez mas jovenes que salen a robar y matar para comprar paco.Si son atrapados y encerrados,la carcel los devuelve peor a la sociedad.Casi el 80 % de los condenados que purgaron condenas,cuando salen de la carcel nuevamente a la calle,vuelven a delinquir.Ha pasado con delincuentes que han salido un dia y a  los tres dias  posteriores a su liberacion ya estan cometiendo un ilicito.Ya vuelven a delinquir,robar y matar,robar y secuestrar,robar ,violar y torturar .
Uno vive con miedo.Ha dejado de vivir.Ha dejado de hacer cosas porque tiene temor a los delincuentes.Los delincuentes nos estan ganando.Estan ganando la calle,estan ganando a nuestra sociedad por nuestra ineptitud de generar ideas y proyectos para parar este flagelo.Estan gananando gracias a nosotros.Estan ganando gracias a nuestra clase politica inepta en promover,generar ,proponer proyectos para combatir la delincuencia.El ciudadano comun,el trabajador,el hombre de familia,el padre,hijo,la madre,amigos,somos los que pagamos "las no propuestas de nuestra dirigencia politica",somos los que pagamos la ineptitud,indiferencia de estas personas  y asi seguimos,muriendo al ser victimas de un asalto,un robo,un secuestro.
Yo,ya sufri dos hechos de la delincuencia.No me he convertido en un paranoico gracias a los hechos vividos y gracias a las noticias de todos los dias.Es simple,aprendi a tirar,no tengo armas,no las llevo conmigo pero si me tengo que enfrentar a una situacion aprendi a como manejarla.Al menos se como disparar .La delincuencia en cierta manera ha ganado mi corazon y mis sentidos,me ha paralizado,el temor ante lo impresdecible lo ha hecho.Cuando salgo de casa,,me despido de mi gata,no se si volvere a verla nuevamente.Eso,es vida señores ?
Lo peor de todo es que ya nos acostumbramos a vivir con la delincuencia.Nos hemos anestesiado.Estamos acostumbrados a escuchar y leer que matan  y roban todos los dias.Que los policias tambien mueren.Les pagan mal y encima mueren,mueren por nosotros.Son la ultima barrera entre los delincuentes y nosotros.Mientras tanto la clase politica habla y promete cosas que no cumple ni cumplira.Lo que dicen es aire.Solo reemplazan los mediocres funcionarios de turno,nada mas.No se trabaja en el origen del problema ,solo en atenuar las consecuencias del mismo.No se pasa a la ofensiva haciendo cosas,solo nos defendemos.Saturar de policias la calle,es trabajar sobre las consecuencias,no sobre el origen del tema señores.
Hay que bajar la edad de la imputabilidad de los delitos.Hay que elaborar leyes mas duras .Hay que combatir el trafico de drogas y la intromision de drogas en nuestro pais.Nuestra fronteras son permeables.Aviones de paraguay y bolivia llegan clandestinamente y nos llenan de droga.La fuerza aerea por no contar con la "ley del derribo",no puede hacer nada.Estan atados de manos y pies y carecen de presupuesto para volar,gracias a la actual admnistracion K en relacion al area de Defensa y puedo seguir,pero no,paro aqui,no quiero saturarlos .
Martìn Cremona
HORA. HOY NOS DESPERTAMOS CON QUE EL GOBIERNO DE CAMBIEMOS QUIERE CAMBIAR LA EDAD DE IMPUTABILIDAD... Y ESTAMOS DE ACUERDO , TAMBIEN PROPONIENDO OTROS CAMBIOS OBVIO...